Uno de los problemas que aún persisten y padecen casas, comercios, escuelas, monumentos e inmuebles de plazas públicas municipales es el graffiti, lo que ha causado la molestia, indignación y enfado de sus habitantes pues, además de que deteriora la imagen urbana, cada vecino ha tenido que invertir, de manera particular cada seis meses, por lo menos entre 3 y 20 mil pesos para volver a pintar sus fachadas.
En un recorrido que realizó Intolerancia Diario por los municipios de San Salvador El Seco, Acatzingo, Amozoc, Amozoc y, por supuesto, Puebla capital, los pobladores coincidieron en manifestar su rechazo a este tipo de vandalismo y exigieron a sus gobiernos municipales que se apliquen las respectivas sanciones a los responsables de estos hechos.
Victoria O. Guzmán manifestó su enojo al mencionar que su casa, ubicada cerca del centro de la cabecera municipal de Acatzingo, ha sido “victima” de los actos vandálicos con pintas, que van desde signos, garabatos o firmas, hasta palabras o imágenes obscenas.
“Repudiamos este tipo de actos vandálicos, de estos grafitis, del que somos víctimas. ¿De qué sirve que tratemos de mantener en buenas condiciones la fachada de nuestra casa, por bienestar propio y por imagen, si a estas personas no se les sanciona?
”Mi esposo ha invertido en galones de pintura para intentar borrar lo que nos vienen a pintar en el portón y en las paredes de nuestras casas”, dijo tras mencionar que gastan aproximadamente 3 mil pesos cada seis meses, para volver a pintar los frentes de sus hogares.
La historia se repite
La misma situación padecen los vecinos del municipio de Acatzingo, El Seco, Amozoc, Cuautlancingo, San Gregorio Atzompan, Tepeaca y Santa Clara Ocoyucan, sólo por citar a algunos. Todos coincidieron en criticar la indiferencia para aplicar las sanciones a los infractores.
“Mi hijo y yo perseguimos a unos vándalos, llamamos a la Policía municipal de Santa Clara Ocoyucan, pero al final los dejaron ir porque dijeron que no ameritaba ponerlos a disposición del Ministerio Público, por no ser una infracción grave —en ese momento—, y que si queríamos poner una denuncia que fuéramos para levantarla, pero mientras tanto ya habían dejado ir a estos delincuentes”, dijo don Aurelio Nava al mencionar que declinaron en levantar la demanda por la pérdida de tiempo que implica hacerlo y por la misma indiferencia de los propios uniformados para castigar a los responsables.
Mientras que en el municipio de San Gregorio Atzompan, su alcalde, Marcos Cuautle, refirió que hace unos meses sorprendieron por la noche a los responsables de estas pintas, la mayoría son adolescentes o menores de edad, y oscilan entre 12 y 17 años de edad.
“Se les detiene para seguir el proceso de sanción administrativa; sin embargo, los familiares acuden a la presidencia y se niegan a pagar el daño pues, de lo contrario, amagan con acusar al gobierno de aprensión ‘ilegal’. Otros, en cambio, con la promesa de que ‘castigarán’ a sus hijos, piden que sean liberados. Finalmente, el problema continúa”, dijo el edil, aunque reconoció que gracias a los recorridos de vigilancia que se hacen en el municipio se han logrado disminuir estos actos.
“Ni a don Miguel Hidalgo respetan”
En una serie de imágenes captadas por Lente Intolerante, se constató el daño a la imagen urbana que propicia el graffiti en inmuebles de diversos municipios. Tal es el caso de Acatzingo, en donde el monumento a don Miguel Hidalgo y su portal han sido víctimas de estas pintarrajeas, las cuales son hechas regularmente con aerosol, y son difíciles de quitar.
En este lugar, los habitantes señalaron que la falta de iluminación en la plaza cívica, en el primer cuadro de la ciudad y en los barrios de la cabecera ha propiciado estos actos vandálicos, a los que se suman otros, como el robo a transeúntes, de autos, desmanes y consumo de alcohol en vía pública, hasta actos sexuales en las jardineras ubicadas en el zócalo de la ciudad.
“Si ustedes vienen por la noche, podrán confirmar la falta de alumbrado público, principalmente en la plaza municipal, en donde muchas personas la utilizan para venir a embriagarse y hasta utilizar las jardineras para tener sexo. Uno ‘nomás’ pasa y se hace de la ‘vista gorda’, pues llegan a agruparse hasta 10 chavos (entre hombres y mujeres) y ni para decir algo.
”La falta de alumbrado y de vigilancia ha propiciado el que estos jóvenes (e incluso, algunos son personas mayores de edad), ya en su pedo, se pongan a dañar los inmuebles realizando pintas a donde se les pega la gana (…); bueno, con decirle que ni a don Miguel Hidalgo respetan, ni a los portales, que según son una distinción de nuestro municipio”, dijo indignado y enojado el señor Hilario González.
Trabajo en conjunto
Por su parte, Laura Gómez Flores, madre de familia y vecina de la cabecera de Amozoc, resaltó que si de por sí la inseguridad es un tema que se debe acatar en todas las colonias y juntas auxiliares del municipio, calificó de irresponsable acusar sólo al gobierno para evitar que los jóvenes continúen con este tipo de prácticas.
“Me consta que los policías municipales, en Amozoc, hacen sus recorridos en las diferentes calles, pero, creo, es imposible poner a un policía en cada esquina. Considero que el gobierno, o a quien competa, debe hacer más severas las sanciones a los graffiteros, ejecutarlas, y al mismo tiempo, en casa, se debe educarlos para que no incurran en ello.
”Creo que debe ser un trabajo en conjunto entre gobierno y familias; pues finalmente, mientras no se aplique el ‘castigo’ o sanción al respecto (de ambas partes) no terminaremos con este problema”.
Finalmente, el llamado y la exigencia de los habitantes es que se designen las sanciones a los infractores de estos graffitis, pues —confirman— sólo terminan dañando el patrimonio de cada familia, de los inmuebles históricos y la infraestructura de cada municipio.
Una mirada
Sólo basta recorrer las cuadras o calles de la mayoría de los municipios de esta entidad poblana para encontrarse con pintas o grafitis en forma de firmas o símbolos, que para algunos significan el “sello” de algunas bandas, que utilizan para distinguirse o “marcar” su territorio.
Pese a que algunos ayuntamientos han emprendido acciones para enfocar y dar oportunidad a estos “artistas urbanos” a fin de que puedan expresarse en espacios adecuados, el problema persiste.
Las sanciones
Cabe mencionar que recientemente las sanciones contra el graffiti han sido endurecidas, según la iniciativa aprobada en el Congreso del estado, y aquellos que “rayen” un inmueble público tendrán que pasar cuatro años de prisión o pagar una multa de hasta 18 mil pesos.
Estas nuevas sanciones fueron establecidas luego de que fuera aprobada y publicada en el Periódico Oficial del Estado la reforma el artículo 413 bis del Código de Defensa Social de Puebla, modificación propuesta por la diputada local Denisse Ortiz.
Asimismo, establece que el vándalo que dañe bienes de propiedad privada enfrentará de 30 días a tres años de cárcel y una multa que va desde los 600 hasta los 15 mil pesos. Mientras que aquellos que dañen bienes públicos enfrentarán de 40 días a cuatro años de prisión y una multa que va desde los mil 200 hasta los 18 mil pesos.