En una manifestación muy distinta, entre rezos del Padrenuestro y cánticos religiosos guadalupanos, más de 200 personas provenientes de San Bernardido Chalchihuapan se apostaron en las puertas de la sede del gobierno estatal, Casa Aguayo.
Ahí exigieron a las autoridades estatales intervenir para la recuperación de la capilla de la Virgen de Guadalupe del lugar, que ha estado tomada durante más de un año por gente de Antorcha Campesina.
En entrevista, José Guadalupe Ócotl Juárez, presidente de la fiscalía de la capilla, señaló que existen al menos 15 órdenes de aprehensión contra los antorchistas, pero ninguna se ha ejecutado.
Recordó que fue el 7 de octubre de 2012 cuando integrantes de la organización Antorcha Campesina los agredieron, les pegaron a los vitrales y encerraron en la iglesia por cinco horas, aseguró.
“Se hicieron las demandas, todo está concluido, pero el gobierno no ha querido darnos la posesión ni ha querido ejecutar las órdenes de aprehensión. Son 15 personas las que se tienen que detener”, explicó.
“Quieren tomar a la comunidad (los antorchistas), quieren hacer las cosas a su antojo, pero estamos dispuestos a estar el tiempo necesario para que nos den la posesión de la capilla de Guadalupe de San Bernardido Chalchihuapan, de la parroquia de Chipilo”.
Incluso, los manifestantes amenazaron con cerrar la autopista, para ver si le hacen caso las autoridades estatales ante un conflicto religioso añejo.
“Venimos en plan de paz, hemos sido obedientes por 14 meses, el gobierno dice paciencia, paciencia, y siempre hemos sido obedientes, hasta hoy que venimos a presentarnos aquí”.
—¿Se prevé un enfrentamiento?
—Nosotros no queremos ningún enfrentamiento, por eso acudimos al gobierno para que haga las órdenes de aprehensión, haga justicia y nos devuelva la capilla.
“La arquidiócesis (de Puebla) hizo las demandas y están concluidas, se están haciendo las celebraciones normalmente. Nos cuidamos de todo para que salga bien todo cada 8 días, entre semana, fiestas patronales”, dijo.
Hace unos días los integrantes de la organización denominada Los de Abajo advirtieron que el conflicto religioso-social en la población de Chalchihuapan se ha agudizado a partir de esta semana, luego de grupos opositores a esta organización se apropiaron de la capilla de la Virgen de Guadalupe.
Incluso señalaron que personas presuntamente vinculadas con Antorcha Campesina no permiten los oficios religiosos generando diferencias a unos días de la celebración más importante para los católicos marianos en México.
Vladimir Luna, representante de este grupo, advirtió que temen que nuevamente vuelvan a resurgir estos conflictos, por lo que aseguraron que no existe acuerdo entre los habitantes de esta agrupación y Antorcha Campesina, ya que ambas partes afirmaron que el predio donde se ubica esta capilla les pertenece.
“Los llamados católicos de esa comunidad decidieron clausurar, sin mediar palabra, el templo de la Virgen de Guadalupe, a fin de que sólo asistan a los oficios religiosos al templo principal de San Bernardino, sin embargo, ello originó la discusión a punto de los golpes”.
Por lo tanto, pidió la intervención de las autoridades eclesiásticas y de gobierno para garantizar la libertad de la gente para el culto y que se respete la libertad de pertenecer o no a un determinado grupo.
El conflicto
Desde 2012 el obispo auxiliar de Puebla, Eugenio Lira Rugarcía, pidió a los católicos de San Bernardino Chalchihuapan aplicar los principios de su fe manteniendo la calma y buscando el diálogo para solucionar los problemas que hay, toda vez que la tranquilidad es la base para el desarrollo de una comunidad.
Lira Rugarcía, hoy secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano, se refirió en ese momento al conflicto que se vive en la comunidad e indicó que el arzobispado había dialogado con ambas partes para que no se ahonde la división, sino que se den cuenta de que si buscan la reconciliación podrán estar en paz como católicos.
El ministro indicó que hubo la intervención de la arquidiócesis y del gobierno del estado para mediar un problema que tiene también tintes familiares.
Respecto a la participación de grupos políticos, Lira Rugarcía insistió en que se trata de problema entre católicos y la dificultad que se ve es que se encuentren las partes, pero poco a poco se podrá dar ese encuentro.
Reconoció en su momento que el problema es una realidad, y lo grave es que éste mina la paz y la tranquilidad social del lugar.
El obispo dijo que se requería entender que el gran don para todos es la paz, la tranquilidad y estar dispuestos a dialogar y a ceder en algunos puntos aceptando que hay diferencias con los demás.
Dijo que se trata de que sean verdaderos católicos, personas realmente humanas, ya que cuando hay humanismo la gente valora y respeta al otro, su vida, su dignidad, y se puede pensar diferente pero hay que entender que eso no debe alejar a las personas.
Además, recordó una frase de Juan Pablo II: “Siempre será más lo que nos une que lo que separa”, por ello se espera que lo entienda toda la comunidad y se ponga de su parte.
Comentó que los dos inmuebles que se disputan son propiedad del Gobierno Federal y que la arquidiócesis sólo podría hacer una observación de lo que sucede a esta instancia, ya que carece de más facultades para actuar.