Haciéndose eco de una corriente de reciclaje, Micheline Nayelli Gama Cadena, estudiante de maestría en arquitectura en la UNAM, propuso usar las botellas de PET para construir viviendas de interés social.
En vez de acumularlas por toneladas en los tiraderos a orillas de las ciudades o formar con ellas rellenos sanitarios, las botellas plásticas pueden utilizarse para construir casas de interés social, explicó.
“Con dos mil envases reciclados de agua y refresco se pueden construir los muros de una casa”, dijo al hablar de su proyecto de maestría, que hace eco de una corriente de reciclaje aplicada con éxito en pequeñas comunidades de México, Guatemala, Bolivia, Colombia y Estados Unidos.
La universitaria destacó que la vida útil de una botella de PET (siglas en inglés de Polietileno Tereftalato) es de un día, pero el tiempo que tarda en degradarse es de 300 años, en promedio. Por ello, su reutilización es una opción viable para integrar este material a la edificación.
“El uso de residuos sólidos en la cimentación es una solución a la problemática de los desechos y a la demanda de vivienda de interés social”, comentó según un comunicado.
La arquitecta expuso que, según cifras de 2010 del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), en México se producen más de 39 millones de toneladas de residuos sólidos urbanos al año, de las que se recicla apenas 12 por ciento.
En contraste, existe un déficit de casas habitación, pues de acuerdo con información del Instituto de Vivienda del Distrito Federal para el periodo 2006-2012 las necesidades en el país se calculan en más de cuatro millones de moradas y más de dos millones 930 mil mejoramientos.
En promedio, agregó, deberán construirse 633 mil hogares anualmente, a partir de 2010, citó Gama.
En su tesis, la arquitecta estudió diversas técnicas para reutilizar los envases de PET. Por ejemplo, en Guatemala rellenan cada botella con plástico, mientras en Bolivia lo hacen con tierra. En ambos casos, las botellas acomodadas se usan como ladrillos que se pegan con cemento.
En México hay ejercicios de este tipo en Tlaxcala y en Nuevo León, pero la universitaria planea poner en marcha su proyecto en un municipio de Morelos.
“Uno de los resultados fue que casi 10 por ciento de los desechos sólidos urbanos son susceptibles de reciclarse en la edificación, y si se usara nuevamente el total de ese porcentaje, se podrían edificar más de un millón y medio de viviendas en el país al año”, expuso.
Además de significar una doble solución porque aprovecha estos insumos y fomenta la autoconstrucción, representa la posibilidad de beneficiar a diversas comunidades del país, que pueden aprender las técnicas.
“Si con ocho mil botellas de PET se pueden levantar los muros, los costos de construcción se reducen hasta 70 por ciento si la población se involucra”, finalizó