Si México quiere obtener más beneficios de la ventaja económica que representa su vecindad con Estados Unidos, está obligado a aceptar cierto nivel de cooperación en materia de seguridad, opinó el doctor Gustavo Vega Cánovas.

El director del Centro de Estudios Internacionales de El Colegio de México, abundó que “tenemos que resolver lo que nos toca y luego aceptar hasta cierto punto algunos actos de cooperación”.

Durante una conferencia conjunta con integrantes de El Colegio de la Frontera Norte, en sus instalaciones de la ciudad de México, el académico reconoció que el tema de la seguridad se ha vuelto un asunto de suma relevancia en los últimos 10 años en el ámbito bilateral.

Al mismo tiempo, continúa presente una fuerte interdependencia económica con Estados Unidos, que si bien se ha querido disminuir a través de la diversificación de mercados, no desaparecerá.

Pero como la seguridad ha venido a incrustarse en lo comercial, “tenemos que enfrentarlo con fórmulas pragmáticas, si queremos beneficiarnos del mercado y su demanda”.

En ese sentido, ejemplificó lo ocurrido con la exportación del aguacate mexicano que, a pesar de las reticencias de quienes arguyen temas de soberanía, se puede enviar a Estados Unidos gracias a que los agroempresarios mexicanos se adaptaron a las condiciones del mercado.

De esa forma y para evitar las largas filas de camiones en la frontera, con riesgo de que el producto se eche a perder, hay inspectores de agricultura de Estados Unidos en los lugares de origen del producto, que certifican su calidad y se le permite el paso libre por la frontera.

Sugirió que ese puede ser el camino para seguir aprovechando la vecindad con Estados Unidos, aunque insistió en que es necesario seguir por la ruta de la diversificación, sobre todo con Asia, donde países como China e India ofrecen grandes oportunidades.

A su vez el jefe del Departamento de Estudios Económicos del Colegio, doctor Gustavo del Castillo, habló sobre las razones por las que hay inseguridad en la frontera con Estados Unidos.

Conectado en videoconferencia y desde las instalaciones del Colegio de la Frontera en Tijuana, explicó que básicamente la economía local de las ciudades fronterizas se ha “desintegrado”, de suerte que el beneficio para un sector no significa el beneficio para los otros.

En ese contexto, los salarios son muy bajos y la gente, sobre todo los jóvenes, se unen a las filas del narcotráfico, lo cual “he comprobado con una serie de entrevistas desde Tijuana hasta Matamoros”.

Por ello sugirió la creación de un nuevo proyecto de industrialización en la frontera, para impartir estabilidad al mercado laboral y que disminuya el reclutamiento de sicarios.

La conferencia forma parte del Seminario Internacional Seguridad y Desarrollo en la Relación México-Estados Unidos y Canadá.