La pena se establece ante el alto número de delitos derivados del robo de tarjetas de crédito, credenciales de elector y otro tipo de identificaciones.
En la sesión ordinaria en San Lázaro se aprobó por 365 votos y dos abstenciones, la reforma impulsada por el diputado federal del PRI, Arturo Zamora Jiménez.
La reforma destaca que el “robo de identidad es uno de los delitos de cuello blanco con mayor índice de crecimiento en el mundo y en consecuencia en México”.
En el dictamen previamente avalado por la Comisión de Justicia y turnado al Senado para su análisis se señala que los defraudadores y ladrones ya no buscan robarse una billetera para apoderarse del dinero, sino que para ellos es más lucrativo apropiarse de identificaciones para hacer uso indebido de tarjetas de crédito, de débito, cheques y cualquier documento que cuente con información personal.
Explica que el robo de identidad tiene lugar cuando alguien se hace pasar por otra persona y utiliza información personal de índole financiera para solicitar préstamos, tarjetas de crédito, adquirir bienes, obtener teléfonos celulares, que más tarde serán cobrados al verdadero titular de la información robada.
De acuerdo con la Comisión Nacional para la Defensa de los Usuarios de las Instituciones Financieras, cada año aproximadamente 400 mil personas son víctimas de robo de identidad, siendo internet el principal medio.
Zamora Jiménez indicó que los fraudes ligados a robo de identidad por 108 millones de pesos se cometieron en México durante el 2010, cifra superior al robo por cajeros automáticos que en ese año fue de 87 millones de pesos, según el Banco de México.
Las tres principales fuentes de información de quienes cometen robo de identidad son: pérdida de documentación; el robo de carteras y portafolios, e información tomada directamente de una tarjeta bancaria.
Se estima que México ocupa el octavo lugar mundial entre los países con alta incidencia de este delito.
La reforma al artículo 387 del Código Penal Federal, destaca que se sancionará a quien cometa este delito o utilice indebidamente cualquier tipo de identificación, clave de identificación personal bancaria, o cualesquier otro documento identificatorio que pertenezca a otro.
Con ello podrán aplicarse penas hasta de 12 años de prisión a quien cometa robo de identidad con fines defraudatorios, atendiendo al monto de lo defraudado