Un avión de pasajeros ruso procedente de Nueva York que iba hacia Moscú tuvo que hacer un aterrizaje de emergencia en Islandia tras recibir una amenaza anónima de bomba, aunque no se hallaron explosivos a bordo.

La policía que investigó el avión no encontró nada sospechoso, según el portavoz Vidir Reinisson y funcionarios rusos, que dijeron que había 256 pasajeros a bordo del vuelo de Aeroflot.

El vuelo fue desviado después de que las agencias de seguridad estadounidenses recibieran una llamada con una amenaza. Según dijo una persona anónima, a bordo del aparato había cinco maletas cargadas de explosivos, señala la agencia Interfax, que cita a funcionarios rusos.

Todos los pasajeros abandonaron la aeronave y se encuentran bien, confirmó un vocero de las autoridades a dpa. Por la noche iban a proseguir su viaje hacia la capital rusa en otro avión.

El avión Airbus A330 fue estacionado en una zona segura del aeropuerto de Keflavik en la capital islandesa y el resto de vuelos operó con normalidad.