"La realidad va a ser la temperatura. Decenas de miles de personas van a necesitar alojamiento", dijo el gobernador del Estado de Nueva York, Andrew Cuomo, en momentos en que la temperatura se situaba en torno a los 5 grados con pronóstico de bajar aún más el lunes.
El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, precisó que solo para su ciudad se trataba de "30.000 a 40.000 personas".
Según Cuomo, casi una semana después del paso de Sandy, que dejó más de 100 muertos en la costa este de los Estados Unidos, todavía quedaban 730.000 personas sin electricidad en el estado.
En la ciudad de Nueva York, donde casi todo Manhattan recuperó el suministro eléctrico entre viernes y sábado, la cifra se elevaba a 145.000.
La situación más desesperante se vivía en barrios de Staten Island (sur), donde Sandy dejó 22 muertos, y Rockaways y Coney Island en el sur de Brooklyn (sureste).
Bloomberg reiteró su pedido para que las personas más vulnerables -ancianos, padres con niños menores de un año y los que sufren del corazón u otras enfermedades- vayan a los refugios donde tendrán techo y comida y podrán protegerse del frío.
Al problema del frío y la falta de electricidad se suma la escasez de gasolina. Cuomo afirmó que "ha habido progresos" con respecto al abastecimiento de combustible, pero admitió que continuaban las dificultades.
"Hay que tener paciencia", dijo, en referencia a las largas esperas, a veces de horas, para cargar gasolina.
La escasez de combustible afecta aún más duramente a Nueva Jersey (este), donde en el norte del estado 80% de las estaciones de servicio estaban cerradas.
El gobernador de ese estado, Chris Christie, tuvo que recurrir al racionamiento: los vehículos con la matrícula terminando en número par cargan un día, y en impar al día siguiente.
En cuanto al transporte público, si bien el metro neoyorquino ha sido restablecido en un 80%, el servicio no se habrá normalizado por completo el lunes, por lo cual se prevé aún un caos de desplazamiento para los neoyorquinos.
Tras una semana sin clases, las escuelas reabrirán el lunes, aunque el martes volverán a cerrar a raíz de las elecciones presidenciales. La alcaldía espera que el miércoles la gran mayoría ya esté funcionando.
Las autoridades federales y estatales aceleraban además sus esfuerzos en garantizar el voto de la población en los comicios que enfrentan al actual mandatario demócrata Barack Obama y el republicano Mitt Ronmey.
"Trabajamos para asegurar que todo el mundo pueda votar. No será fácil", admitió en ese sentido Bloomberg.
La Guardia Nacional tiene previsto el martes transformar sus camiones en centros de votación en las áreas donde aún falte la electricidad o que sufrieron serios daños por el huracán.