El gobierno mexicano rechazó y condenó el despliegue de la Guardia Nacional de Texas, como lo anunció el gobernador de ese estado, Rick Perry.
A través de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), el gobierno de México reiteró “su más profundo rechazo” y condena por el despliegue de estos elementos y apuntó que es “irresponsable manipular el estado actual de la seguridad fronteriza con fines políticos”.
Indicó que la medida emprendida de manera unilateral por el gobierno de Texas “es indudablemente errónea y no contribuye a los esfuerzos que nuestros países llevan a cabo para construir una frontera segura y una solución al fenómeno migratorio”.
Esta decisión, reiteró la cancillería, tampoco abona al acercamiento de ambas sociedades, ya que se opone a los principios y valores sobre los que se rige la relación bilateral entre México y Estados Unidos.
Subrayó que el fenómeno migratorio se debe atender desde una perspectiva integral y regional con una visión de mediano plazo y responsabilidad compartida, que garantice la paz, inclusión y prosperidad en la región.