La Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), órgano dependiente del gobierno federal y encargado de conceder parte de los permisos para la explotación y exploración de recursos, aprobó en 2019, siete planes para “incorporar recursos de aceites y gas en plays (extensiones productivas) no convencionales"

De acurdo a la Secretaría de Energía (Sener), los no convencionales son aquellos yacimientos que “requieren pozos horizontales con fracturamiento hidráulico”. 

En este sentido, la Alianza Mexicana contra el Fracking, realizó una investigación, donde revelaron que de los siete planes para asignaciones que la CNH aprobó el año pasado, tres corresponden a nuevas exploraciones y cuatro son ampliaciones de los plazos pactados, informó una nota periodística de El Universal. 

Los documentos refieren que las empresas preguntaban al organismo si pueden seguir explorando o si pueden comenzar a hacerlo en estas reservas de hidrocarburos, y pese al compromiso federal, la CNH aprobó y concedió esos términos, los cuales incluyen la perforación de pozos no convencionales. 

Y es que, uno de los compromisos del presidente Andrés Manuel López Obrador fue no permitir el fracking. Incluso, en la publicación de sus 100 compromiso, el número 75 señala: “No usaremos métodos de extracción de materias primas que afecten la naturaleza y agoten las vertientes de agua como el fracking”.

Los Proyectos

Pemex Exploración y Producción es la responsable de gestionar seis de las áreas aprobadas mientras que la otra es para la empresa Operadora de Campos DWF. 

Todas están en la cuenca Tampico-Misantla, en Veracruz y Puebla, afectando un total de mil 800 kilómetros cuadrados. 

Para la exploración de estos yacimientos se realiza el fracking y los planes tienen vigencia de 25 años, y cuando se llegue a la fase de explotación, ésta necesita múltiples pozos con fractura hidráulica para extraer los recursos.

Una de las asignaciones, la A-1022-Tampico-Misantla, aunque es un plan aprobado para un yacimiento convencional, tiene como objetivo, según su proyecto de exploración, “dar continuidad a la producción de los plays no convencionales de los tres pozos establecidos que se encuentren en producción temprana”. 

Dicha información se obtuvo en la Sesión Ordinaria de la CNH del pasado 5 de diciembre de 2019. 

En dos de estos pozos, según los registros de la CNH, la Agencía de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA), conseguidos vía transparencia, se usó fracking para su perforación, esto después de que Andrés Manuel López Obrador ganó las elecciones presidenciales.

El 23 de octubre de 2017, Claudio de la Cerda, entonces director general de Exploración y Extracción de Hidrocarburos de la SENER, participó en el foro Fracturación Hidráulica: actualidad de la explotación de hidrocarburos en México, explicó que los yacimientos no convencionales son de “baja permeabilidad, se presentan en áreas extensas y son considerados inusuales o diferentes para producir hidrocarburos”.

En 2018, a través de Pemex Exploración y Producción, se asignaron mil 705 millones de pesos para el Proyecto de Inversión Aceite y Gas de Lutitas. 

Para 2019, primer año de la administración federal actual, se asignaron 3 mil 350 millones, es decir, casi el doble, mientras que para 2020 aumentó más de un tercio, llegando a los 4 mil 655 millones. 


Al respecto, el Plan de Negocos de Pemex 2019-2023, publicado el 19 de julio de 2019, para cuando AMLO llevaba ya 8 meses de administración, indica “continuar el desarrollo de estudios para evaluar el potencial petrolero en plays” como “Play PRE-SAL, areniscas del Jurásico Superior, aceite y gas en lutitas”.

En México, el fracking lleva practicándose desde 2003, además de emplearse en yacimientos convencionales y no convencionales, se usa como técnica de estimulación, es decir, cuando comienza el declive de producción, se realiza una serie de fracturas hidráulicas para aumentarla. 

La investigación, basada en la información enviada por la CNH, en 2018 se fracturaron 7 mil 879 pozos, 25 por ciento de los 32 mil que había entonces en México. Las empresas que explotan los yacimientos tienen la obligación de mandar un reporte con la información sobre la perforación y operación de pozos a la CNH.

En un listado de 7 mil 879 pozos, que se hicieron de 1994 a 2016, que fueron fracturados, algunos en más de una ocasión, hasta sumar un total de 36 mil fracturas, de estas 32 mil fueron en pozos en desarrollo, es decir que se hicieron en una etapa de producción.