El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha reiterado su intención de imponer aranceles a los automóviles fabricados en México como parte de su estrategia para fortalecer la industria automotriz estadounidense.
En una entrevista con Fox News, Trump afirmó: "En México están construyendo plantas de automóviles por todos lados para fabricar coches y venderlos en Estados Unidos. Yo les digo: 'De ninguna manera, no van a hacer eso'. Vamos a imponer aranceles a esos autos, no queremos esos autos, podemos fabricarlos aquí mismo".
Esta postura no es nueva; durante su campaña electoral, Trump ya había advertido sobre la posibilidad de imponer aranceles elevados a los vehículos provenientes de México, con el objetivo de desalentar su importación y promover la producción nacional. En octubre de 2024, declaró: "Todo lo que estoy haciendo es decir 'pondré 200 o 500, no me importa'. Pondré un número en el que no puedan vender ni un coche".
La industria automotriz es crucial para la economía mexicana, representando casi el 4% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional y el 20.5% del PIB manufacturero, según la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA). En enero de 2025, México exportó 219,414 vehículos ligeros, de los cuales el 83.6% tuvo como destino Estados Unidos.
Ante la posible imposición de aranceles del 25% a las importaciones de vehículos desde México y Canadá, los fabricantes globales de automóviles están evaluando estrategias para mitigar el impacto en sus operaciones.
La agencia calificadora Fitch Ratings advirtió que, de implementarse estos impuestos, las principales empresas automotrices podrían enfrentar presiones en sus calificaciones crediticias debido al aumento de costos y a las afectaciones en sus cadenas de suministro.
Estas medidas podrían tener repercusiones significativas en la economía mexicana y en la relación comercial entre ambos países, especialmente considerando que Estados Unidos es el principal destino de las exportaciones automotrices mexicanas.