El Ejército Mexicano detuvo a 17 personas, entre ellas 10 exmilitares colombianos, presuntamente vinculados con la explosión de una mina terrestre que causó la muerte de ocho elementos de la Guardia Nacional en el municipio de Los Reyes, Michoacán, el pasado martes.
Durante el operativo, realizado en una vivienda identificada como "casa de seguridad", las autoridades aseguraron 41 explosivos, armas largas, cargadores y cartuchos útiles.
Según reportes de la XXI Zona Militar, los detenidos son presuntos miembros del Cártel de Los Reyes, una organización criminal surgida hace aproximadamente una década como derivación de los grupos de autodefensa que se organizaron en 2013 para enfrentar al cártel de Los Caballeros Templarios.
La explosión ocurrió en la localidad de El Santuario, cuando un grupo de soldados realizaba una operación contra el narcotráfico a bordo de un vehículo táctico-blindado SandCat, el cual quedó destruido por completo.
El gobierno de Michoacán informó que los extranjeros detenidos son de nacionalidad colombiana y que diez de ellos son exmilitares con conocimientos en la fabricación y manejo de explosivos.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, lamentó el uso de "artefactos explosivos" contra las fuerzas de seguridad, pero evitó atribuir el hecho a algún grupo del crimen organizado.
Michoacán ha sido escenario de ataques con dispositivos similares por parte de grupos narcotraficantes, en algunas ocasiones detonados mediante drones.
Entre 2018 y 2024, al menos seis soldados mexicanos murieron debido a minas antipersonas, de acuerdo con la Secretaría de la Defensa.
Desde 2006, cuando se lanzó un polémico operativo militar contra el narcotráfico, la tasa de homicidios en México se triplicó hasta 24 por 100 mil habitantes.
Las autoridades continúan investigando la participación de los detenidos en la fabricación y colocación de explosivos, así como sus posibles vínculos con otras organizaciones criminales que operan en la región.