Alfredo Figueroa, consejero electoral, regresó a la Universidad Iberoamericana y en el auditorio Manuel Aceves desglosó los pormenores de la relación entre el duopolio televisivo TV Azteca-Televisa con el poder público, señalando que la reforma electoral evitará que se repitan conflictos postelectorales como en 2006.

Figueroa postuló que en la elección de 2006 hubo dos tipos de narrativas: una, que subrayó que en la elección “no pasó nada”; y otra, una “narrativa fantástica” que quiso encontrar las pruebas de su derrota electoral afirmando la existencia de algoritmos para cambiar el resultado de la elección. Pero ninguna de dichas narrativas estuvo en lo correcto porque lo que existió fue una intervención de terceros promoviendo y desfigurando la imagen de algunos candidatos presidenciales.

En el relato de Figueroa, la reforma electoral que se vivió en 2008 fue para evitar que se repita un escenario como el de la elección presidencial de 2006 y una cauda de conflictos postelectorales. Por lo que en todas las reformas electorales se parte de la experiencia de las elecciones previas.

De ese modo, la reforma electoral de 2008 coloca en el centro de la discusión una prohibición para que los particulares contraten expresamente propaganda política o partidista, tal y como sucedió en la polémica elección federal de hace seis años.

A juicio del consejero electoral la reforma electoral, que se aplicó en la elección de 2009, le dio nuevas herramientas al IFE, como las medidas cautelares o los mecanismos sancionadores especiales. Ya que en la elección de 2006, el IFE carecía de recursos jurídicos para actuar de manera inmediata y frenar comportamientos anómalos e ilícitos que afectan el propio proceso electoral y a los candidatos o partidos políticos. En ese orden de ideas, Figueroa recordó que muchos de los recursos interpuestos por los partidos políticos se resolvieron hasta 2009, cuando se requería su resolución inmediata pues afectaban la elección, cuando los entonces candidatos ganadores habían dejado los puestos para los cuales fueron electos.

El consejero del Instituto Federal Electoral (IFE) Alfredo Figueroa ahondó sus reflexiones sobre el proceso electoral que se avecina durante un encuentro con estudiantes de la Universidad Iberoamericana campus Puebla.

De acuerdo con Figueroa, el gran pendiente y la pregunta a plantearse en dicho proceso electoral es si verdaderamente los poderes públicos podrán encarar los desafíos y poner en orden constitucionales a los medios de comunicación. Planteó que el gran desafío proviene de estas estructuras y de los llamados poderes fácticos.

El consejero inició su participación explicando cómo se dieron las distintas reformas electorales a partir de 1977, cuando se le permitió participar en las elecciones al otorgárseles registro a partidos políticos que estaban en la clandestinidad como el Partido Comunista Mexicano.

Figueroa contó que nadie se iba a imaginar que el entonces secretario de Gobernación del gobierno de Miguel de la Madrid Hurtado, Manuel Bartlett Díaz, sería el gobernador de Puebla, por lo que luego de las elecciones de 1988 se gritaba en las movilizaciones en Puebla: “Se ve, se nota, que Bartlett fuma mota”.

Inimaginable que tiempo después, el entonces candidato del Frente Democrático Nacional (FDN), Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, y el exsecretario de Gobernación caminaran juntos en la defensa de temas nacionales.

Para Figueroa, los procesos electorales cerrados, competitivos y polémicos han dado pie a las reformas electorales, como la de 1997, y la de 2008, cuando se renovó el Consejo General y se modificó el acceso de los particulares a la difusión de propaganda política en los medios de comunicación. En cuanto a la reforma electoral de 2008 uno de los descubrimientos de los consejeros electorales es que en México no había un monitoreo completo ni siquiera un padrón de los medios de comunicación electrónicos.

Por lo que se le encargó a la UNAM un programa de monitoreo, cuyo costo es de 400 millones de pesos anuales, lo que significa una cantidad menor al valor del tiempo aire del estado en un año.

Otra de las medidas adoptadas es que se prohibió que los funcionarios públicos se promuevan con propaganda institucional. Es decir, que no puedan contratar propaganda institucional promoviendo a un servidor público en cualquier medio de comunicación, salvo siete días antes y cinco días después de los informes de labores de algún mandatario.

Sin embargo, el consejero electoral no quiso polemizar sobre el comportamiento de las estaciones de radio y las televisoras que han protestado contra las medidas de la reforma electoral que les prohíben comercializar tiempo aire para los candidatos y partidos políticos. Figueroa dijo respetar la postura de estos medios pero insistió en que la medida de que el IFE sea el que controle el tiempo aire destinado a los partidos políticos le da equidad a la contienda electoral.

Ya en la ronda de preguntas y respuestas, respondió a un cuestionamiento sobre las campañas internas de los partidos políticos que los partidos políticos, al ser entes de interés público, deberían llevar a cabo procesos internos o elecciones primarias, como sucede en otros países como Argentina, y no realizar solamente designaciones de candidatos.

Por eso, Figueroa llamó a la sociedad a no dejarse llevar por medidas regresivas que atenten contra la democracia.