Para el analista político de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), Alejandro Guillén Reyes, el excandidato de los partidos de izquierda a la Presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador, tiene que aceptar el resultado de los comicios del pasado 1 de julio y la decisión del Tribunal Federal Electoral, porque solamente así se convertirá en la autoridad moral que necesitan todos los partidos políticos de izquierda, porque si sigue con el desgaste y no utiliza la congruencia, “le reduce su capital político”.
Lo que hay que destacar, afirmó el director de la licenciatura en Ciencias Políticas de esa casa de estudios, es que ya cerca de los dos meses de realizada la elección y en espera del fallo de los tribunales, López Obrador mantiene la intensidad de sus giras por el país, el discurso intenso y la capacidad de convocatoria, “vemos que no se desinfla, mantiene las expectativas y también se mantiene la calidad de la protesta, sobre un fraude, la compra de votos y la intervención de las televisoras”.
Desde la perspectiva de Guillén Reyes, los integrantes del Tribunal Electoral, exigen pruebas contundentes para echar abajo la elección y ahí viene el punto de conflicto y de controversia, porque los partidos de izquierda ponen la anulación como punto principal de su demanda, pero además, también llama la atención otro punto, que es la compra de votos, “hay que preguntar si quienes protestan no hicieron también esas prácticas”, hay que ver si los perredistas, no compraron los sufragios.
Para el politólogo, es difícil demostrar si los votantes acudieron libremente a las urnas y no cayeron en ese tipo de presiones, para que el voto les favorezca, “porque la información presentada por Intolerancia Diario, muestra que López Obrador también utilizó tarjetas en 2009 y aún así acusa a Soriana y Monex”, por eso afirmó que la pregunta de hasta dónde tienen, Andrés Manuel y los partidos de izquierda, la autoridad moral para reclamar y para decir que por ellos, votan ciudadanos libres y gente que no fue manipulada ni comprada, queda en el aire.