La construcción de puentes, los proyectos del teleférico y la rueda de la fortuna en la ciudad de Puebla están llevando a la destrucción al principal museo vivo de arte barroco que hay en América, advirtió el doctor en urbanismo, Carlos Montero Pantoja, al indicar que en el denominado primer cuadro se establece que nadie puede construir estructuras con una altura superior a seis metros.

En entrevista para Intolerancia Diario, acerca del proyecto denominado Museo Internacional Barroco, el cual se dice será el más grande de América, el especialista consideró que esto es falso pues en sí la capital es ya un museo “Barroco Renacentista”, y se tienen catalogadas por la UNESCO 391 manzanas donde hay edificios históricos.

Luego de que la semana pasada el Congreso del Estado diera el aval al gobierno del estado para ejecutar el proyecto, pese a que el ejecutivo sólo presentó un documento de dos hojas, el especialista advirtió que en la presente administración se ha hablado de proyectos que no existen.

Dijo que en la arquitectura y el urbanismo se entiende por proyecto una serie de planos donde se muestra lo arquitectónico, lo estructural, lo constructivo, lo conceptual, y estos tienen de base dos programas; el primero, de necesidades y, el otro, arquitectónico, y eso no se inventa, se busca en la realidad, y es cuando surge la gran incógnita: “De dónde surge la idea de ha de hacer un museo, qué necesidades tiene, si se tuvieran piezas que no encuentran un lugar para ser exhibidas, que están guardadas en la bodega, que es necesario sacarlas para que el público las conozca, esto sólo es un antecedente, después de lo anterior se pasa a cuantificar que para exhibir un cuadro, una tela, vestimentas, objetos civiles, y entonces es cuando se dice qué es lo que se necesita”.

Montero Pantoja comentó que no hay nada acerca de las necesidades, y la pregunta es “cómo es posible que cosas sin sustento de ninguna naturaleza se den por proyectos de visión de futuro, primero se validan y después se ven las llamadas necesidades”.

Vivimos en un museo
El investigador de la Universidad Autónoma de Puebla sostuvo que el Centro Histórico de Puebla es un museo vivo y no se necesita construir otro, ya que el Barroco está expresado en su trazado, la presencia de las parroquias, que son fundamentalmente barrocas, al igual que los conventos que son del siglo XVI.

Señaló casos como la parroquia de San José, la propia Catedral, que se construyó plenamente en el Barroco, y sus portadas lo son, en sí, ese arte está en todo el estado.

Carlos Montero se pronunció por trabajar en el Centro Histórico para que sea el museo vivo del Barroco, sin que haya que construir otra cosa.

Advirtió que puede suceder lo del museo de San Pedro, que se denominaba de Arte Virreinal, y lo que sucedió fue que, para exhibir, sacaron obras de los templos y de la Catedral para llevarlos pero después tuvieron que regresarlas y quedó vacío.

Expresó que no hay razón para desmantelar pues es absurdo y no se permite en ningún nivel en el mundo, y lo que vale para un especialista, turista u hombre común es el mirar dónde está la obra, ver el ambiente natural, pues lo demás son escenografías, ya que en el museo la curaduría y la propia museografía son escenografías.

Afirmó que Puebla es el museo de arte Barroco más grande de América, no hay que crear otro pero el problema es que se encuentra descuidado.

Advirtió que se intenta hacer un museo en situaciones de crisis, pese a que se trata de un estado con municipios que se encuentran en la lista de los más pobres.

Puebla, una ciudad para ver
El especialista investigador de la Universidad Autónoma de Puebla señaló que Puebla tiene muchos valores y uno de ellos es el de lo construido, ya que se tiene arquitectura civil, hidráulica y, en muchos casos, conserva sus tamaños y características. Se tienen ejemplos casi enteros de cada una de las etapas históricas que ha tenido la ciudad, y esto no lo tienen los otros centros históricos del país y se ha logrado defender, hay autenticidad en la arquitectura del municipio.

Lo que se construyó no buscaba ni alterar el contexto natural ni destruirlo, y el territorio está dominado por un paisaje natural que todavía le gusta a los poblanos y son los volcanes Popocatépetl, Iztaccíhuatl, la Malinche, y hay personas que tuvieron el privilegio de ver el Pico de Orizaba.

Carlos Montero aseguró que la ciudad se construyó para mirar ese paisaje, la arquitectura dejó sus patios libres, diseñó sus pórticos interiores para mirar torres, bóvedas y el horizonte, y encontrar siempre los volcanes, y eso es parte del entorno natural con lo el que lo construido se integró a todo ese contexto.

Ahora, cuando se habla de que no se tiene visión de ciudad es que se permite que se construya en altura que no está permitida y, en el caso del Centro Histórico, en algunas partes se puede construir hasta 11 metros y esto en lugares como San Miguel, Santiago, pero lo que es en el primer cuadro no se puede ir más allá de seis metros.

Carlos Montero indicó que cuando se miran edificios como los de Plaza San Francisco se ve que se viola el reglamento y alguien lo permite, y ahora cuando se decide hacer torres de más de 70 metros está por fuera de la razón, y no sólo sobresalen de la parte histórica que se tiene donde está terminantemente prohibido.

Expresó que, si se quiere una ciudad habitable y vivible, esto tiene que ver con lo que se mira y se siente pues mucha gente aún se despierta, abre la ventana y mira los volcanes, y esa sensación es lo que se ha tenido toda la vida en Puebla.

Indicó que los proyectos de Puebla deberían respetar su paisaje natural, no taparlo, no competir con él y permitir que los poblanos sigan disfrutando de él.

Obras reales
Para el experto en la materia lo que necesita el Centro Histórico es cambiar la infraestructura pues se tienen drenajes de 1907 que hay que cambiar, pero nadie se quiere atrever a hacerlo, además de que en SOAPAP tienen estudios reales pues hay lugares donde hay que cambiarlo totalmente, además de ver que les llegue agua potable.

Se tienen edificios arruinados y algunos de ellos pertenecen al gobierno del estado, en la 2 Oriente casi llegando al bulevar hay uno con la fachada de azulejos, otro en 4 Norte y 12 Poniente, hay dos más, entonces hay esas necesidades de renovar la infraestructura y restaurar los edificios que estén arruinados.

Sobre el monto para el rescate, comentó que éste no sería superior a las millonadas que se están previendo para la rueda la fortuna, el teleférico y el Museo Barroco, pues si se hace el comparativo para los proyectos de imagen urbana de Huejotzingo, Atlixco y las Cholulas, la media es aproximada a 10 millones de pesos para cada uno de esos lugares, y la cantidad es ridícula frente a los montos que se han dicho para las llamadas mega obras.

Las vocaciones de Puebla
El doctor en urbanismo explicó que hay otros temas que tienen que ver con la actual administración, por ejemplo, se carece de una visión de qué hacer con la ciudad y también de qué hacer con el Centro Histórico, y recordó que Puebla ha tenido tres vocaciones fundamentales; primero, la del comercio, que fue la que la llevó a ser quizá la ciudad más importante de la Nueva España porque se realizaban las actividades comerciales antes de salir a mar abierto para ir a Europa, o lo que llegaba del antiguo continente, en sí era el gran mercado.

En este punto, dijo, todas las ciudades del mundo que tienen esta vitalidad comercial desde luego crecen cultural y socialmente, además de lo económico, y es lo que le pasa a Puebla.

“Una segunda vocación es la industrial, que se tuvo desde el siglo XVI porque se producían paños y vestimentas, y éstas se llevaron a vestir a la Nueva España, el nuevo país mestizo, además en el siglo XIX se tuvo un impulso ya con la industria moderna contemporánea, y la primera fue La Constancia, y esto irradió todo ese impacto.

”La tercera vocación es la educativa, la de la enseñanza que se puede denominar el saber, y ahora hay quienes se percatan de que se tienen tantas universidades entre las prestigiadas y las llamadas patito, pues la razón es histórica con todos los colegios que hubo, los más importantes controlados por los Jesuitas como San Jerónimo (Psicologìa), El Espíritu Santo (Carolino), San Ignacio (expalacio de gobierno), San Idelfonso (antiguo hospicio) y San Javier.”

Montero Pantoja indicó que se trata de cinco colegios de gran tamaño, además, estaba el colegio de San Luis, los Tridentinos que están en el costado sur de la Catedral, además de los que había en los conventos, y hay que destacar que se trataba de instituciones de nivel superior a donde llegaban estudiantes de la Nueva España a estudiar.

Comentó que si no se tenía la universidad fue por cuestión política pues, como existía la de México, quisieron que esta fuera la dominante, pero había profesores de esa institución que llegaban a Puebla, o bien, estudiantes que acudían a presentar exámenes, lo que demuestra que los estudios tenían la validez universitaria.

Precisó que dicha cantidad de colegios para una ciudad tan pequeña como Puebla habla de la importancia que tuvo en esa época.

La cuarta vocación
El doctor en urbanismo explicó que, además de las tres vocaciones que se mencionan, hay una cuarta, y es su propia obra, lo construido, lo que se llama Centro Histórico, pues aparentemente sólo tiene de valor la Catedral, la capilla del Rosario, San Francisco o Los Sapos, pero la realidad es que la ciudad tiene valores poco divulgados y uno de ellos es el urbanístico.

“El valor urbanístico se muestra al ser uno de los proyectos renacentistas de ciudades ideales que se intentaron aplicar en Europa, pero ahí no se pudo, pero en Puebla si, se habla de una ciudad que en su tiempo surgió plenamente con todos los conceptos del Renacimiento, de la nueva época.”

Carlos Montero sostuvo que Puebla representa en América el gran proyecto renacentista, la gran ciudad humanista del continente.

En el proyecto de la ciudad hay valores como la orientación pues, si bien no está perfectamente ubicada al norte, en la práctica sus habitantes si saben ubicarse, sin embargo, el que no esté ubicada de manera perfecta con los puntos cardinales es que se buscó que siempre hubiera sombra en una de las aceras, y a cualquier hora siempre habrá, esto por la planeación.