Representantes de organizaciones sociales reprobaron a los diputados de izquierda en la LVIII Legislatura y demandaron que los actuales dejen de estar sometidos a lo que marca el gobernador Rafael Moreno Valle, que está aplicando un proyecto neoliberal que ha olvidado a los sectores desprotegidos de la población.

Los integrantes de Movimiento Ciudadano Unido Carlos Hernández Pérez, Alfredo Lozano Ortega, Lourdes Cano Martínez y Felipe Ortega Marín, entre otros, al hacer un análisis del papel de la izquierda en el Congreso de Puebla, indicaron que los tres partidos traicionaron los principios básicos de este sector.

Explicaron que existe un conjunto de principios políticos e ideológicos básicos que definen a las izquierdas y una gran diversidad de enfoques teóricos y prácticas políticas que las distinguen, y algunas son sólo temporales, como la izquierda organizada en partidos, que privilegia la acción electoral, que forma parte del sistema político y que actúa dentro del marco institucional.

Señalaron que esta izquierda se incorporó principalmente en el Partido de la Revolución Democrática (PRD), aunque parte de ella se ha venido alejando de los principios que le dieron origen, comportándose de forma patrimonialista, sectaria y antidemocrática; conducida principalmente bajo la dirección de la corriente denominada Nueva Izquierda. Otros grupos que, en el mejor de los casos, se pueden inscribir en la social democracia son el partido Movimiento Ciudadano (MC) y el Partido del Trabajo (PT).

Aclararon que mención aparte se debe hacer de aquella izquierda de tipo social, inorgánica, diversa y con poca presencia en la sociedad civil y que se autoclasifica en el ámbito de la intelectualidad por el hecho de pertenecer al sector universitario, pero que, sin embargo, no constituye en la realidad ni una auténtica minoría activa.

Señalaron que es necesario que la militancia se reinserte en una participación activa en el proceso de la transición democrática mediante la vinculación a los movimientos políticos y sociales.

Expresaron que hay un alejamiento con la sociedad y esto lo demuestra la poca presencia e influencia de la izquierda partidista en el movimiento sindical.

Denunciaron que la izquierda partidista en Puebla no ha tenido una presencia destacada ni en la organización y elaboración de planes y programas alternativos, sino en la mera discusión de asuntos tan relevantes en la vida democrática del Estado, como lo son las diferentes reformas que se han aprobado en el Congreso del estado.

Señalaron que en esta sumisión se pueden poner como por ejemplo, la práctica desaparición de las juntas auxiliares, la aprobación de deuda solicitada por el gobernador, el dispendio de recursos para el teleférico y la rueda de la fortuna, así como la privatización del servicio de agua.

Precisaron que hay una gran cantidad de temas en los que los diputados del PT, Movimiento Ciudadano y PRD han tenido una vergonzosa participación y una sumisión acrítica.

Advirtieron que estas afirmaciones no solo son aplicables a Eric Cotoñeto y su corriente, en el caso del PRD, sino también a José Juan Espinosa, de Movimiento Ciudadano, y a Mariano Hernández y Zeferino Romero, del PT.

Aseguraron que todos ellos han sido una cúpula que ha obstaculizado la formación y el fortalecimiento de una organización de las izquierdas que presente una verdadera oposición al autoritarismo del gobernador; por el contrario, han “negociado” su apoyo a cambio de limosnas, migajas y favores.

Asimismo, los integrantes de la vieja izquierda afirmaron que se han relegado los objetivos históricos de la izquierda: “Aquí no se trata de plantear purismos, sino de preguntarse sobre el comportamiento de una izquierda que, necesitada de votos, abre sus espacios a personajes sin requerimiento alguno, sin programa, sin compromiso y, generalmente, carentes de ética y escrúpulos”.

Reconocieron que en Puebla no existe un frente político amplio que organice y articule la vida política y social de los ciudadanos, así como a los numerosos grupos y organizaciones de izquierda.

Indicaron que sólo en ciertas coyunturas se ha podido dar coherencia política elemental a todo ese variado conglomerado político salvo como respuestas o resistencias hacia acciones del poder que como objetivos programáticos o estratégicos, por ejemplo, la gran manifestación que se desarrolló cuando hubo agresiones a la periodista Lydia Cacho.

Expresaron que hoy el PRD tiene ante sí todo un caudal de demandas éticas que no sólo se deben centrar en ser autocríticos y críticos entre sus propios compañeros. Se trata de denunciar en todas las tribunas posibles la corrupción estructural de segmentos de las clases dominantes que haciendo una apropiación privada de lo público.

Señalaron que la izquierda debe ir hacia un modelo de solidaridad social en el cual los gobiernos deban destinar mayores recursos en la satisfacción de las necesidades más elementales en las comunidades y sus habitantes.

Expresaron que los diputados de los partidos señalados olvidaron las demandas por la democracia, los derechos humanos, el combate a la pobreza y la defensa del petróleo, que han formado parte de una agenda mínima para las convergencias.