Literalmente a medias abrió el segundo verificentro de la ciudad de Puebla y generó grandes filas y tiempo perdido por automovilistas, quienes tienen que hacer dos grandes hileras para poder ser atendidos.

En un recorrido de Intolerancia Diario al establecimiento, ubicado en boulevard Atlixco, a la altura de la 29 Poniente, usuarios señalaron su molestia por el pésimo servicio del concesionario en su primer día de trabajo, este domingo.

En el lugar se improvisaron cartulinas escrita a mano con los precios de cada uno de los servicios, y los tickets de pago sí salen en español, con el monto pagado en pesos mexicanos.

Esto se debió a que la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) la semana pasada suspendió actividades del primer verificentro ubicado en 25 Oriente y 18 Sur, por no contar con precios a la vista y dar tickets en inglés.

Sin embargo, este nuevo establecimiento, a pesar de tener cuatro máquinas para dar el servicio, inició operaciones sólo con dos, por lo que no se dieron abasto con la gran cantidad de automovilistas que llegaron a verificar sus vehículos.

Por ejemplo, una persona que platicó con el reportero señaló que desde las 8 horas le dieron una de las 250 fichas que entregaran diariamente, para lo cual tuvo que hacer una enorme fila de más de una hora.

Al tener la ficha, fue citado de nuevo hasta las 11.30 horas, supuestamente para ya nada más ser atendido, sin embargo, tuvo que hacer otra fila de una hora para recibir el servicio, ya cerca de las 13 horas.

Los verificentros están volviendo a operar luego de que el gobierno del estado depurara el servicio para incorporarse a un plan metropolitano, por lo que dejó sin operación a más de 40 establecimientos en todo el estado.

Sin embargo, la licitación para los nuevos 17 verificentros en todo Puebla quedó en duda, debido a la opacidad del trámite, además de que algunos de los nuevos concesionarios han sido ya sancionados en el Distrito Federal, donde operan desde hace varios años.

También grupos opositores han señalado que con este movimiento al único que se buscó beneficiar es al empresario Jorge Kawaghi, quien está detrás de los nuevos verificentros, según aseguran.

Por ejemplo, la empresa Impulsora Ecológica Barragán, concesionaria del primer verificentro en la ciudad de Puebla, ya había sido sancionada por el gobierno del Distrito Federal con una suspensión y ahora nuevamente fue suspendida por Profeco en esta entidad.

En esta ocasión en Puebla le detectaron tickets de pago en inglés, sin mayor referencia, además de la inexistencia de letreros informativos de los costos de los servicios, lo que motivó a la suspensión de sus actividades.

En agosto de 2013, la sanción contra esta empresa fue impuesta por la Secretaría del Medio Ambiente del Distrito Federal, a través de la Dirección Ejecutiva de Vigilancia Ambiental, por incumplir con brindar la conexión necesaria para que la dependencia realizara un monitoreo y vigilancia de sus operaciones.

Ahora, poco más de un año después, son sancionados en Puebla por la la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), por no garantizar a los ciudadanos sus derechos mediante diversas irregularidades.

En rueda de prensa, el delegado de la dependencia federal, Carlos Hernández Hernández, señaló que simplemente se procedió contra el establecimiento debido a que no estaba garantizando un buen servicio.

—¿El verificentro estaba prestando un servicio irregular?

—Yo no sé si es irregular, eso depende de la Secretaría del Medio Ambiente en todo caso, yo lo que le puedo decir es que no estaba cumpliendo con las disposiciones que protegen los derechos de los consumidores.

El costo del holograma uno, para unidades con antigüedad de entre nueve y 15 años, es de 250 pesos.

El de doble cero, que se entrega a automóviles con antigüedad de entre cero y dos años, es de 650 pesos, y el holograma cero, para vehículos con una antigüedad de entre dos y ocho años, es de 450 pesos.

Cabe recordar que desde el sábado 1 de noviembre inició actividades el primer verificentro también a medias, con aparato descompuesto y con citas escritas en pedazos de papel a mano, mal cortado de un rollo de máquina registradora,

Esto generó también largos tiempos de espera de hasta tres horas, todo ayudado por una máquina con deficiencias, en un verificentro a medio terminar, notorio por dos líneas vacías sin maquinaria.

Ha sido tal la afluencia de automovilistas, que los empleados del establecimiento —algunos con uniforme y otros sin acreditarse— tuvieron que improvisar fichas para ser entregadas a los automovilistas, para que regresaran al siguiente día.

Las fichas fueron hechas con un rollo de papel, donde un joven apuntaba el número de placa y ponía la hora en que se podría regresar a la verificación, todo a mano y sin sellos de la dependencia o la misma negociación, con la promesa que ya no harían fila.

“El trámite fue muy tardado, en verdad llegamos como 9 y media y nos dijeron que ya no había fichas”, comentó una mujer que conducía una camioneta, la que no pasó la verificación.

—¿Hay fichas?

—Exactamente, nadie aviso, se suponía que era como fuéramos llegando, pero no, ya no había fichas, entonces sí le comenté al joven que en ningún lado habían dicho que era por fichas y que ya estábamos aquí, y lo más correcto era que pasáramos.

”Nos hicieron hacer la cola y todo, nada más están manejando tres máquinas, de las cuales una está descompuesta, porque todos los que han pasado por ahí los han regresado”, señaló molesta al pedir anonimato.

”Llegue desde 9:30, vea qué hora son y me falta verificar un coche”, dijo al señalar el reloj que marcaba más de las 13 horas de este sábado.

“La gente es amable, pero de qué me sirve si no pasan los coches, no estuvo bien estructurado esto”, continuó.

“Los políticos traen automóviles de lujo, grandes camionetas 2015. ¿Usted cree que no me gustaría traer una 2015 para que pase? Pero no es justo, a los ciudadanos nos están atornille y atornille”, comentó otra persona que esperaba junto con la mujer.

“Mi primera unidad no pasó, nos dijeron que teníamos 30 días, pero pasó el de atrás un 2011 y también no aprobó, entonces se dieron cuenta que la máquina está mal y pedimos que por favor lo volvieran a revisar.

”Nos dijeron que viniéramos la siguiente semana y pasábamos sin fila, pero les dijimos que ya estábamos acá, porque no es nuestra culpa”, añadió al señalar que en la otra máquina sí aprobó, mientras seguían rechazando a los que se dejaban.

”No es justo, aunque parece poco nos subieron de 215 a 250 pesos, pero esto nos afecta, ya nos subieron el agua, la luz, la gasolina. ¿Por qué los políticos no se bajan su nivel de vida como teléfonos celulares, vacaciones, bonos, cuotas, escoltas y nos dejan en verdad a los que en verdad trabajamos honradamente salir adelante?”, señaló.