La fonética de la palabra pudo ser la causa de la confusión, y es que “encuestadores y secuestradores” para los habitantes de Ajalpan sonaron igual; y corrió como fuego la alerta, como las mismas llamas que consumieron a dos jóvenes que solo fueron a trabajar a la comunidad.
Ya había tensión desde dos días antes en el poblado enclavado en la sierra negra de Puebla.
Había un rumor en redes sociales como Facebook y WatsApp de que robachicos estaban en sus calles. En 24 horas creció tanto como las llamaradas que cubrieron a Rey David y Abraham.
Ahora la familia Copado Molina está de luto, en desesperación porque nadie actuó ni acudió a la comunidad para salvar a los hermanos.

El juego de palabras pudo ser el motivo de la confusión, reconoció el presidente municipal, Gustavo Lara Torre, líder de un pequeño cuerpo de seguridad de 50 policías que deben proteger a 19 mil 200 habitantes.
Una décima parte del total de la población de Ajalpan salió la noche del lunes 19 de octubre con un solo fin: matar a los “encuestadores o secuestradores”, al fin que suena igual.
A trabajar
Aquella mañana con vientos gélidos presagiaban que algo malo ocurriría. Sin embargo, no detuvieron a David y Abraham para acudir al poblado ubicado a solo media hora de Tehuacán, la segunda ciudad más importante de Puebla.
Procedentes de Tulancingo, Hidalgo, de 25 y 30 años de edad -uno de ellos padre de gemelos de dos años- hacían un trabajo cansado por las grandes caminatas que realizaban desde hace apenas una semana, contratados por la empresa Marketing Estratégico.
Su labor era hacer una serie de preguntas a comercios, en este caso tortillerías del lugar.
Armados solo con una pluma, hojas de encuesta y una tabla de apoyo, salieron del hotel donde se hospedaban en el centro de Tehuacán rumbo a su destino.
Llegaron a Ajalpan desde las 10 de la mañana, hora que abren algunos de negocios en este poblado.
Fotografías tomadas minutos antes de que iniciara la pesadilla ahora ya circulan por las redes. En ellas, se ve a un joven escribiendo sobre la tabla muy concentrado en su trabajo.
Pero todo cambió cuando una vecina aseguró que los hermanos molestaban a su pequeña hija, lo que provocó el primer descontento entre población.
Inmediatamente fueron llamados policías municipales para detenerlos. Los uniformados, sin pensarlo se los llevaron porque además “estaban preguntando mucho”, reconocería un día después el alcalde.
A alguien se le ocurrió decir que eran “encuestadores”, pero como en un juego de palabras, ésta sufrió una metamorfosis a “secuestradores”; aunque nadie sabe el momento preciso de la transformación.
Así inició el rumor en la población ubicada a dos horas de la ciudad de Puebla capital, donde se empezaron a juntar alrededor de mil de los 19 mil habitantes.
“Un reporte ciudadano llegó de que había dos personas sospechosas haciendo unas encuestas”, dijo en entrevista el presidente un día después, al señalar que fueron detenidos por andar haciendo muchas preguntas.
–¿Esto no le gustó a la población?
–No, no le gustó a la población.
¡¿Dónde están los niños?!
Ya en la comandancia, los jóvenes fueron literalmente arrebatados de las autoridades por la muchedumbre. Los policías intentaron rescatarlos inútilmente, “¡eran muchos!”, dijo un uniformado.
En un vídeo que circula por las redes sociales, una de las víctimas, con cabello al hombro y gran tatuaje en el brazo de Bety Boop, asegura a sus captores que jamás ha robado e insiste en que es encuestador, que trabaja para una empresa y que provienen del Distrito Federal.
Bañado en sangre, apenas y puede pronunciar palabra, ante la insistencia de los victimarios que a gritos le preguntaban: “¿dónde están los niños?, ¡hijo de tu puta madre!”; unos niños que solo estaban en la imaginación de la masa.
Solo hubo oídos sordos al clamor de los hermanos que ya se habían identificado.
El momento fue documentado por la misma población que después compartieron en YouTube y Facebook, como una especie de trofeo, como si se tratara de una selfie o un baile público.
“La gente no quiso (…) no nos dejaron sacarlos de la comandancia para llevarlos al Ministerio Público, la gente nos los quitó, entró a la presidencia, a la comandancia, nos robaron las armas de los policías y se los llevaron, los golpearon, los mataron y los quemaron”, señaló el edil Gustavo Lara.
De acuerdo al funcionario, dos días antes había iniciado la incertidumbre entre la población a través de las redes sociales.
“Estaban comentando que había gente que robaba niños, pero fue mera especulación, no hay ninguna demanda, ningún dato cierto, se dejaron llevar por la gresca, por las campanas, lo que provocaron estos actos vandálicos de asesinato” (sic), explicó Gustavo Lara.
Una vez muertos o tal vez solo moribundos, con rostros irreconocibles fueron arrastrados hasta el centro del pequeño zócalo.
Ahí se juntaron leños para prender la fogata, todo en medio de aplausos, risas y media docena de teléfonos celulares videograbando como si fuera la fiesta de pueblo.
Así otros jóvenes -tal vez de la misma edad que las víctimas-, con el rostro cubierto acercaron los maderos bañados en combustible para prenderlo al tercer intento con un encendedor casi inservible.
Una vez que el fuego empezó a crecer, uno de los cuerpos se retorció levemente, como consta en otro vídeo subido a Internet que dio la vuelta al mundo.
Así fue el último día de la vida de David y Abraham. Inició con una encuesta y terminó en un juego de palabras y de muerte.
El dato
Hace un año, el 24 de octubre de 2014, el alcalde Gustavo Lara solicitó a la autoridad judicial del Estado detener a los responsables que intentaron linchar a un ciudadano y causaron destrozos a la presidencia municipal. Pero no hubo consecuencias.
En lo que va de 2015 se han registrado por lo menos 30 intentos de linchamiento en 18 municipios del estado de Puebla. Los últimos casos fueron en Cohuecan, Tehuacán y Ajalpan, con desenlace fatal.
Se logró salvar a los detenidos en San Martín Texmelucan, Tehuacán, Cañada Morelos, Tlacotepec de Benito Juárez, Tlatlauquitepec, Nicolás Bravo, Zinacatepec, Ixcamilpa y Huixcolotla.
Huauchinango, Tepeojuma, Teziutlán, Amozoc, Venustiano Carranza, Libres, Vicente Guerrero, engruesan la lista donde las turbas buscaron hacerse justicia por propia mano.
Este lunes 19 de octubre de 2015, en Ajalpan, por segunda ocasión, la población buscó esa justicia, pero ahora sí dieron muerte a dos jóvenes hermanos, que solo fueron al pueblo a hacer una encuesta. Foto: Es Imagen