El Observatorio de Violencia Social y de Género en Puebla del Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría S.J. de la Universidad Iberoamericana (UIA), denunció que a lo largo del gobierno de Rafael Moreno Valle, el índice de feminicidios en la entidad se ha incrementado, como lo evidencian los 22 crímenes reportados en 2011, con todo y la pérdida de 147 días del registro de muertes violentas, 36 en 2012, 54 en 2013, 57 en 2014, 72 en 2015 y 60 en los primeros 10 meses de 2016.

La directora del organismo, Lourdes Pérez Oseguera, lamentó que de forma muy extraña se hayan encontrado arrancadas las secciones de información policiaca del archivo de la hemeroteca para precisar cuántos casos más de feminicidios se sumaron con la pérdida de ese material de 147 días.

Cabe señalar que durante el último año de la administración de Mario Marín Torres, 2010, el total de feminicidios en el estado fue de 30.

Detalló que la ola de asesinatos de mujeres es una gran piedra en el camino para las aspiraciones presidenciables de Rafael Moreno Valle.

“Es un obstáculo no solo para el gobernador, sino para todos los que tengan aspiraciones”, puntualizó.

Aseguró que el gobierno de Moreno Valle Rosas ha sido omiso y negligente por no responder a las expectativas de la sociedad con políticas claras para castigar a los asesinos de mujeres y por no implementar planes para atacar de origen el problema.

El estado se encuentra en el top ten de feminicidios a nivel nacional.

“Los gobernantes cuidan mucho los señalamientos al estado cuando se da este tipo de violencia de género que deriva en feminicidios para evitar que dañe su carrera. Nunca hay congruencia en datos, la Secretaría de Seguridad Pública dice que no le corresponde atacar los feminicidios, pero por ley sí puede”, detalló.

Lourdes Pérez reiteró que si bien hay una responsabilidad directa, particular del perpetrador del feminicidio, que es el asesino, “la responsabilidad es del estado porque no previene, no atiende y no sanciona esos delitos”.

Destacó que las administraciones estatales cuando hablan de feminicidios, los gobernantes en turno tratan de maquillar las cifras reales de crímenes violentos porque desde la misma definición se precisa al estado como el principal responsable de este tipo de asesinatos. En particular, aseguró, los gobernadores cuidan ese señalamiento “porque sienten que está en juego su carrera política o que son ataques personales, cuando el apunte es para el estado y no solo para la persona que gobierna”, dijo.

La académica insistió que los gobernantes se cuidan de no dar cifras fidedignas, cifras claras: “Cuando las organizaciones nos reunimos, nos damos cuenta que a cada quien le dan estadísticas diferentes, nunca hay congruencia en la definición de los datos”, detalló.

Pérez Oseguera afirmó que los gobiernos no toman en serio esta problemática, pero lo peor es que no obligan a las instituciones de procuración de justicia para actuar de acuerdo con la ley.

Tipificación, importante

En tanto, Galilea Cariño Cepeda, directora del Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría, precisó que es importante que se haya atendido en la tipificación de la ley el delito de feminicidio, y la consideración de la relación de pareja previa porque es una constante en dichos casos por ser una cuestión de relaciones de poder donde generalmente el victimario, el agresor o en este caso los feminicidas, van demostrando esa cuestión de ensañamiento con su víctima.

Por otra parte, señaló que juzgar con perspectiva de género genera también un precedente importante en la comunidad y el hecho de hacer señalamientos que implican una gama amplia de derechos que no se ve solamente en la privación de la vida de las mujeres como el hecho de perder la vida, sino que también afectan otros derechos que también están computados como son la seguridad, la integridad y de tener una vida libre de violencia tiene un cambio de paradigma en la forma de cómo podemos empezar a atender estos casos.

“Nos parece que es fundamental que también se haga mucho énfasis en la situación que estamos viviendo en la vida pública, en la vida comunitaria, respecto a las mujeres porque se sigue manifestando a través de redes sociales, a través de medios, un lenguaje excluyente, un lenguaje misógino.

“Posturas muy radicales en las autoridades y de repente para poder atender o señalar muchas veces estos modelos de género empiezan a perfilar ciertos estereotipos de investigación que no tienen nada que ver con lo que realmente ha sucedido en los casos y eso dibuja un panorama muy diferenciado para que la sociedad pueda comprender lo que estamos viviendo y cuando hay esos sesgos se comienza a confundir a la población. 

“La perspectiva de género marca un parteaguas en la forma como estamos definiendo esta vida social, desde la situación de los feminicidios”, remató.

Feminicidios en cifras:

22 en 2011

36 en 2012

54 en 2013

57 en 2014

72 en 2015

60 a octubre de 2016