A 68 días del proceso electoral del domingo dos de junio en donde se elegirán  los cargos públicos a presidente de la República, senadores, diputados, gobernadores, presidentes municipales y regidores, el Arzobispo, Víctor Sánchez Espinosa, advirtió que se desarrollará en medio de un ambiente de inseguridad y violencia extrema, como nunca se ha vivido "en nuestra patria".

Durante la Misa Crismal, priorizó que las autoridades pretenden justificar el clima violento, como algo normal y suele indicar que siempre han existido las luchas y las garras.

Desde la Basílica Catedral Metropolitana de Puebla, que la violencia es una cultura irracional, motivada por la actitud ciega e intolerante, que además es solapada por estructuras sociales que la admiten y hasta la fomentan para sacar provecho personal de la violencia.

"Estamos en vísperas de un proceso electoral, el mayor en la historia de nuestra patria, en unos días más; muchos, muchos cargos públicos se elegirán de presidente de la República, senadores, diputados, gobernadores, presidentes municipales, regidores. Estamos en un ambiente de inseguridad y violencia desmedida, como nunca se ha vivido en nuestra patria".

Subrayó, que la violencia es producto de una sociedad es humanizada y con intereses mezquinos después de explicar que la violencia es multifactorial y multiforme; no es solo aquella extrema generada por bandas delincuenciales y grupos del crímen organizados en la lucha por el poder y el control de sus territorios.

Lamentó que esta violencia desmedida, es también la que se vive diariamente en las calles, generada por las y los propios ciudadanos, y hasta en el propio hogares, con la violencia intrafamiliar y las agresiones que en ocasiones derivan fe tonterías insignificantes.

Llamó a la comunidad a no seguir generando odio, rencor, resentimiento y sentimientos de venganza porque esos males son un cáncer que crece de manera incontrolable con muchas formas de metástasis, su daño corroe la existencia y sumerge a los humanos en una espiral devastadora e irreversible en donde la violencia engendra más violencia; en cambio, el perdón es el testamento escrito por Jesús en la cruz.

"Necesitamos comprender bien las enseñanzas que nos ofrece Jesús asimilarlas y sobre todo vivirlas en el aquí y ahora en nuestro país, en nuestra patria tan golpeada con el flagelo de la violencia, del crimen, de la división, de la polarización y el encono".

Además llamó a "dejar de oir los aullidos de los lobos sanguinarios que buscan sacar partido de la violencia y del sufrimiento", y escuchemos la voz del buen pastor, que viene por sus ovejas y las alimenta con el pan de su palabra y de la eucaristía.

"Vivimos queridos hermanos en una sociedad jerarquizada en donde para poder llegar al poder se va por el servicio de preocupación por los más necesitados, pero una vez estando en el poder las promesas se olvidan y se sigue gobernando con el mismo modelo, ese modelo de enriquecimiento de servirse al gusto de estar por encima de todos el dueño de la verdad absoluta de gozar de fuero que permite campear con impunidad el evangelio sigue siendo una crítica fuerte para las sociedades jerarquizada a los partidos políticos que sirven para enriquecer solo a algunos pocos mientras la gran mayoría vive sumida en la pobreza".