El estado de Puebla quedó fuera de las obras “faraónicas”, lo que generará un estrés presupuestal al gobierno entrante que “se tendrá que rascar con sus propias uñas”, sentenció el exdiputado federal, Mario Riestra Piña.
En entrevista para Intolerancia Diario, ante el recorte presupuestal del gobierno federal a Puebla de más de 1700 millones de pesos, el legislador panista, señaló que quedan muchos pendientes que no parece que no se resolverán.
“Puebla sigue estando relegada de parte del gobierno federal de Morena”, aseveró el exlegislador poblano.
“El gobierno del estado tendrá que rascarse con sus propias uñas, pero no es justo, Puebla por su peso demográfico, extensión territorial y complejidad demográfica merece más”, añadió.
Dio por ejemplo, que se aplicarán otros mil 500 millones de pesos para el hospital San Alejandro del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), lo que hace ver que continuará el retraso de varios meses.
Además, explicó en el presupuesto federal, no se contemplo apoyo alguno para la movilidad, como es el caso de la Línea 4 de la Red Articulada de Transporte Articulado (RUTA) el que no está contemplado.
Relegada Puebla
Indicó que la mayor parte del presupuesto federal se va a las obras como el Tren Maya, que dijo, se ha convertido en un devorador de recursos públicos.
Asimismo para los proyectos de Dos Bocas, el que se ha triplicado su presupuesto; además se sigue aplicando recursos al aeropuerto Felipe Ángeles y al Tren Transistmico, el que señaló, avanza con lentitud, lo que desajusta las finanzas públicas nacionales.
Por lo tanto Mario Riestra auguró un déficit y estrés presupuestal al gobierno entrante de Alejandro Armenta, que podría para ajustar recursos y pérdidas, hacer una reforma fiscal dolorosa.
Reconoció que ante este tipo de recortes económicos, en Puebla el gobierno estatal ha maniobrado con esfuerzo, por lo que espera que el entrante actuará de la misma forma con recursos propios.
Aseveró que lo óptimo es que Puebla reciba el mismo trato que otras entidades, ante carencias importantes derivadas incluso del sismo del 2017.
Recordó, por ejemplo, que el ex convento de Huaquechula no ha sido restaurado desde entonces.
“Va a meter presiones o un estrés presupuestal al gobierno, o va a cortar gasto o va a tener que echar a andar una dolorosa reforma fiscal, debido al dispendio que ha incurrido en estos seis años el gobierno federal”, dijo.
“Hay que reconocer que en Puebla se ha maniobrado haciendo un esfuerzo extraordinario y seguramente el próximo gobierno del estado, actuará de la misma forma poniendo recursos propios, pero lo óptimo es que también Puebla recibiera el mismo trato que otros estados sí han recibido”, sostuvo.