A partir de ahora, los usuarios de Weibo, el Twitter chino, tendrán que enfrentarse a un nuevo control sobre sus comentarios: el carné de puntos. La última medida instaurada en la red social que pretende vigilar el flujo de información por internet y limitar la difusión de "rumores".
A imagen y semejanza del carné por puntos para conductores, todos las personas que utilizan Weibo, más de 300 millones, partirán de un crédito de 80 puntos, que se verá reducido en el caso de que cometan las "infracciones" estipuladas por los administradores como "difundir rumores o secretos de Estado" y que podrá aumentar hasta 100, en el caso de que participen en "actividades de promoción".
El usuario que sume tantas faltas como para perder todo su "crédito" verá suspendida su cuenta y, con ello, su actividad en la citada red social cuyo nuevo sistema tiene el propósito expreso de evitar "la difusión de rumores, que se desvirtúe el orden social o que se destruya la estabilidad social" de China.
La difusión que se le haya dado al comentario que supone una infracción tendrá especial relevancia, ya que, el número de puntos que se restarán por infracción se corresponderá con las veces en las que la citada publicación se haya "rebotado" (es decir, copiado y publicado en otros perfiles).
Las condecoraciones y los símbolos por penalización no faltan en este sistema, donde existen "usuarios de alto crédito" y de "bajo", según los puntos que tengan, que verán aparecer en sus perfiles distinciones positivas o negativas, como un símbolo de un triángulo con una pequeña exclamación su interior cual señal de tráfico.
La red social no exime al usuario de la posibilidad de cambiar su condición en Weibo. Dependerá del tiempo que mantenga un "buen comportamiento": en el caso de disponer de 0 a 60 puntos, sólo hará falta dos meses "sin infracciones" para recuperar la totalidad del crédito, y uno, si se posee entre 60 y 80.
El primer día en el que comenzó a rodar este nueva medida, los comentarios de los usuarios en Weibo fueron muy variados.
Mientras que algunos instaban a los demás a "tener cuidado al hablar" en la red social y consideraban que el sistema era "para niños", otros se mostraban a favor de la nueva imposición de la página ya que, en su opinión, "los que publican rumores hacen daño al orden público" y éstos siempre pueden ver devueltos sus puntos evitando difundir "malas cosas".
"El futuro de China se va a dividir en dos partes: los que usan las redes sociales para hablar de los errores de la sociedad china y los que se dedican a controlar a éstos", auguraba un internauta.
Y es que, el control sobre los servicios de microblog ha ido escalando puestos este año, con la paralización del servicio de comentarios durante varios días "para limpiar rumores", tras las historias difundidas sobre disparos en Tiananmen o en Zhongnanhai (residencia de los líderes comunistas y sede del Ejecutivo), o la entrada de vehículos militares en Pekín.
El régimen comunista respondió a ello con la detención de seis personas, la clausura de 16 webs y, finalmente, decretando el fin del anonimato de los usuarios de las redes sociales.
Esta última medida instaurada en Weibo ocurre en un momento muy tenso para el Gobierno chino, debido a la transición de poder que habrá, en principio, en octubre, y a la reciente destitución de uno de sus líderes más carismáticos, Bo Xilai, seguido del mediático caso de la fuga del disidente Chen Guangcheng y su posterior marcha a EU.