En un giro inesperado durante el juicio antimonopolio contra Google, OpenAI reveló que estaría interesado en adquirir el navegador Chrome si un tribunal federal ordena su escisión. Así lo declaró Nick Turley, jefe de ChatGPT en OpenAI, este martes durante una audiencia judicial: “Sí, lo haríamos, como lo harían muchas otras partes”, afirmó al ser interrogado sobre una posible compra.
Turley fue citado a declarar en el juicio que busca definir qué cambios debe implementar Google —filial de Alphabet— tras el fallo de un juez federal que concluyó que la empresa monopoliza el mercado de las búsquedas en línea. El Departamento de Justicia (DOJ) ha propuesto que Google se vea obligada a desinvertir en Chrome como una de las soluciones para promover la competencia. El juez Amit Mehta decidirá en agosto qué medidas tomará la compañía.
Durante su testimonio, Turley aseguró que una integración entre Chrome y ChatGPT permitiría a OpenAI “ofrecer una experiencia realmente increíble”, basada en inteligencia artificial. Aunque actualmente existe una extensión de ChatGPT disponible en el navegador de Google, una adquisición facilitaría una integración mucho más profunda.
Turley también abordó los desafíos que enfrenta OpenAI para distribuir sus productos, especialmente en dispositivos Android. A pesar de haber cerrado un acuerdo para integrar ChatGPT en los iPhones de Apple, no ha tenido avances significativos con fabricantes como Samsung. Según relató, esto se debe a que Google comenzó a pagar a Samsung para preinstalar Gemini AI en sus teléfonos, reduciendo así las posibilidades de negociación con OpenAI.
“No fue por falta de esfuerzo. Nunca llegamos a un punto en el que pudiéramos negociar términos concretos”, dijo Turley. Agregó que teme que OpenAI sea excluida de los canales clave mediante los cuales los usuarios descubren productos digitales, como los navegadores o las tiendas de aplicaciones. “La verdadera elección impulsa la competencia. Los usuarios deberían poder elegir”, sentenció.
ChatGPT, lanzado en noviembre de 2022, alcanzó rápidamente una base masiva de usuarios, con más de 400 millones activos semanalmente, según cifras reveladas por OpenAI en febrero. Esta semana, Google comenzó su defensa ante el DOJ y una coalición de fiscales generales estatales, que exigen medidas radicales para evitar que siga dominando el mercado de búsqueda.
Entre las soluciones propuestas por el gobierno estadounidense también se contempla obligar a Google a licenciar datos de búsqueda a la competencia y suspender contratos exclusivos en dispositivos. La tecnológica ha rechazado estas medidas argumentando que afectarían la calidad de sus productos y debilitarían el liderazgo tecnológico del país. Si el tribunal ordena la venta de Chrome, sería la primera división forzada de una gran empresa estadounidense desde la fragmentación de AT&T en la década de 1980.