Ayer se cumplieron ocho días; un comando armado irrumpió en las instalaciones del Vips de Las Ánimas.
El grupo se dividió en dos, el primero ingresó al área del restaurante, el segundo al estacionamiento, los delincuentes portaban armas largas y cortas, los clientes, uno a uno fueron despojados de sus valores, tras ser amenazados de muerte.
En el estacionamiento como iban llegando los clientes eran asaltados.
La operación “Asalto al Vips” duró no más de 10 minutos, después hubo histeria e indignación, los cuerpos de seguridad llegaron más tarde, las preguntas fueron las mismas: ¿cómo eran? ¿Qué acento tenían?, ¿Sus ropas?, y otras más.
La recomendación fue la misma de siempre, “acudan a la agencia del Ministerio Público más cercana”.
Del robo a mano armada nadie dijo nada, todos prefirieron guardar silencio, ese silencio con el que se retiró la pasada administración —la de los cuerpos de seguridad y persecución de delitos—.
“En Puebla no pasa nada”, las frases trilladas de funcionarios que ante el incremento de la delincuencia se metieron las manos a las bolsas del pantalón y decidieron “jugar billar”, antes de aceptar que la delincuencia organizada estaba a la vuelta de la esquina.
Hoy el secretario de Seguridad Pública, Ardelio Vargas, es más elocuente, para él en Puebla operan siete organizaciones delictivas, no le puso el nombre de carteles, pero dijo conocer su ubicación, delitos a los que más se dedican y hasta vehículos y armamento, sólo le faltó decir “¿qué ha hecho al respecto?”.
¿Cuántos robos similares al de Vips han sido ocultados a los medios informativos?
¿Quién tiene la intención de tapar el sol con un dedo?

En los procesos de selección cuando el río suena…
El correo de los muertos
“Soy elemento de la Policía Ministerial desde hace mucho tiempo y he seguido su trayectoria como periodista policiaco (por motivos de mi seguridad laboral es mejor que guarde mi anonimato) y sin que suene alabanza usted es de los pocos periodistas que se atreven a escribir con valentía en Puebla.
”Es por eso que acudo para denunciar el vil engaño que en la Procuraduría General de Justicia le están haciendo al gobernador Rafael Moreno Valle y a la sociedad, pues el proceso de selección para aspirantes a peritos, MP y policías ministeriales está totalmente amañado y viciado, pues de las personas que supuestamente ya pasaron las cinco etapas (incluyendo el examen de control de confianza), se encuentran personajes con sanciones administrativas y/o penales en el ámbito federal y estatal, tales como José Rodolfo Misael Castillo Bonilla, Alejandra Ramírez Hernández, Javier Gaytán Neri y José Luis Vélez León, de quien por cierto leí en tu columna del día 24 de mayo que "no reúne los requisitos para ser MP. Pues la convocatoria exige no tener ningún familiar trabajando dentro de la PGJ, como fue su esposa María del Consuelo Cruz Galindo.
”Asimismo, otro de los requisitos que pide la convocatoria para poder ingresar a la PGJ es que no hayas tenido ninguna acta, recomendación o sanción administrativa en tu contra, sin embargo del último sujeto que mencionó me consta que tiene iniciada en su contra en la Dirección de Supervisión Técnica un acta administrativa debido al abandono injustificado de empleo, situación que motivó su cese inmediato como Agente del Ministerio Público por instrucciones del entonces Procurador Héctor Maldonado Villagómez en el año 2001.
”Si no me creen, en la Procu tengo en mi poder los datos del incidente los cuales enviaré a Casa Aguayo si así lo desean, porque en aquel entonces estuve comisionado en el distrito judicial donde también él estuvo adscrito y solamente es cosa de buscar en los archivos de la institución y verán que no es mentira. (Salvo que este sujeto haya pagado una lana para desaparecer el acta).
”Con la salida del gobierno marinista pensé que las cosas iban a cambiar para bien, pero es triste darse cuenta que TODO SIGUE IGUAL DE PODRIDO. Quiero creer —quizás ingenuamente— que el gobernador Moreno Valle ignora todas las tranzas que están haciendo sus hombres de confianza en la Procuraduría, pero con hechos puede demostrar que me equivoco.
”Aún queda tiempo para enderezar el proceso pero como dice el dicho popular: ‘lo que mal empieza, mal acaba’.”

Nos vemos cuando nos veamos.

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