A las 13:30 horas el director de la Policía Municipal Preventiva (PMP), David Sierra Sierra, reunió a un nutrido grupo de policías municipales; no le digo que a todos, porque la seguridad se hubiera relajado más de lo que está; y no solo les llamó la atención, los amenazó y hasta les dijo “pinches indios”.
El motivo fue porque los policías se quejaron ante el reportero, que no es un especialista en el área de cocina, por qué hasta el momento no les han pagado el bono del Subsemun. Esto ocurre a solo unas horas en que la ciudad de Puebla va a quedar totalmente “blindada” por la celebración de las fiestas patrias, cuando se requiere un policía al 100 por ciento activa y convencida, aunque en realidad tenemos una policía desgastada y sin un pago que les corresponde por ley.
El jefe policíaco amenazó a los uniformados que si le volvían a dar información al “reporterucho”, además de otras “exquisiteces” que lo distinguen como servidor público, entonces venía la baja inmediata y de ahí se sacó una frase digna de su idiosincrasia: “es más fácil hacer una receta de cocina que le perjudicara que las notas ‘pendejas’”, refiriéndose de nuevo al reportero, a un servidor.
La realidad es que nadie entiende qué tiene que ver el reclamó de los policías que no les han pagado su bono a una receta de cocina. Qué alguien me explique.
Será que nuestro jefe policíaco tiene la digestión igual que su educación, entonces ¿qué comerá?
Cuando se dice “hasta el más chimuelo masca tuercas”, podría hablarse del valor y la tenacidad de quien se lo expresan, pero que se le puede decir a un jefe policiaco que sus mismos elementos no respetan, que dicen tiene “delirio de persecución”, que se la pasa encerrado en sus oficinas, al grado que el personal de los cinco sectores ni siquiera lo conocen.
¿Será que sólo le gusta el quesito?
Qué receta se le puede recomendar a don Dávid Sierra Sierra, cuando sus subordinados le dicen que debería de aprender a los anteriores subdirectores, como Carlos Cárdenas Ramírez o Humberto Rivera, que se fajaban los pantalones e iban al frente de los operativos y no se quedaban atrás de un escritorio, “temblando de miedo”.

Voy al baño y vengo
Reporteros de la fuente de policía de Guanajuato recuerdan muy bien a don David Sierra, sobre todo el viernes 14 de diciembre de 2007, cuando fue destituido del cargo de subsecretario de Seguridad y director de las Fuerzas de Seguridad Pública del Estado (FSPE), y fue a parar en la fila de asesores de la Secretaría de Gobierno a cargo de Gerardo Mosqueda Martínez.
David Sierra fue destituido por prepotente, abusivo y déspota no solo con los elementos, sino en acciones operativas de desalojos e intervenciones donde se caracterizó por agresiones a grupos populares como la UCOPI, en el desalojo del predio La Garrita en Irapuato, donde demostró toda su “valentía” al mandar golpear civiles, aunque en su lista de “haberes” no se encuentra la detención de algún importante capo o alguna intervención importante.
El día que David Sierra fue destituido del cargo al llegar a las que hasta ese momento eran sus oficinas, en Casa Mata 33, le dijo a los reporteros que lo esperaban: “voy al baño” y ya no regresó; es más, no se supo más de él, quedó atrapado entre la fila de colaboradoras. La última frase que dijo a los medios fue “los perros se quedaron en la secretaría”, seguramente por la cría de perros que tuvo en la corporación y esta sí no es metáfora.
¿Será que fue al baño porque alguien le recomendó una receta que le hizo daño?

Los excesos y abusos de un funcionario
La actitud que tomó don David Sierra con los elementos de la PMP es lamentable, estos son los momentos del entendimiento, del apoyo y del trabajo coordinado y decidido.
En México los cuerpos de seguridad enfrentan un enemigo peligroso, preparado, con armas, dinero y la única forma para combatirlo es con lealtad y dedicación, y la única forma de incentivar esta lealtad es apoyando a los policías con el pago a tiempo de sus salarios, de sus bonos, dotarlo de lo necesario para hacer frente a delincuentes que no tienen escrúpulos y que no se tientan el alma para hacer nada.
No se puede incentivar a policías llamándolos “mugrosos” o “indios”, tampoco amenazándolos.
Si usted, amable lector, checara las estadísticas en efectividad de la PMP se dará cuenta que han bajado demasiado, los reportes de la oficina de Prensa lo dicen todo, y este bajón de trabajo no es por ineficiencia policíaca, ni siquiera por carga de trabajo tomando en consideración que el estado de fuerza policíaca está reducido a un 50 por ciento.
El bajo rendimiento es por la falta de ánimo y apoyo a las fuerzas policíacas, porque los amenazan y los insultan.
Alguien debería de “ponerse las pilas” y ofrecerles una disculpa.
Hoy es un día decisivo para los poblanos, la seguridad de nuestras familias es fundamental.
Nos vemos cuando nos veamos.