La llegada de Claudia Hernández al Comité Municipal del PRI deja en claro el panorama político en el próximo proceso electoral. Para nadie es un secreto la cercana relación que existe entre la exdiputada local y el actual gobernador Rafael Moreno Valle.
¿Casualidad?
Tres meses de incertidumbre y desacuerdos entre los 16 aspirantes a dirigir el tricolor en la capital poblana, la poca intervención del líder en el estado, Juan Carlos Lastiri, y la nula capacidad del delegado del Comité Ejecutivo Nacional, Ranulfo Márquez, fueron sólo algunas de las facilidades que pudo tener el expriista para influir en las decisiones de un partido al que conoce perfectamente.
Nadie duda el priismo de Claudia Hernández, como tampoco nadie duda que detrás de las decisiones de esta mujer estará siempre el “punto de vista” de su amigo el gobernador. Esto significa que aquellos que tengan en mente buscar alguna candidatura para la diputación federal, tendrán de alguna manera que pasar por la lente de Moreno Valle.
En política todo es negociación. Esto significa que en los próximos días nos iremos enterando de las posiciones que ocuparán los 15 aspirantes, sea dentro del expartidazo o como precandidatos a diputados federales.
De entrada, Iván Galindo —gente ligada al grupo de Enrique Doger— la acompañará en la Secretaría General, y aunque parezca lo contrario, la realidad es que el gobernador y el expresidente municipal mantienen una relación cercana.
En tanto, uno de los más fuertes exaspirantes a ocupar la dirigencia, Juan de Dios Bravo, será nombrado secretario de Operación Política en el estado como premio de consolación.
Finalmente, el Comité Municipal del PRI se convirtió en una nueva oportunidad para Rafael Moreno Valle de mantener el control de lo que sucede en Puebla no sólo en el partido que lo llevó al poder, sino también al que lo vio crecer y aunque la nueva presidenta del instituto político en Puebla se canse de negar las verdaderas razones por las cuales llegó al puesto, la realidad es que el tiempo pondrá todo en evidencia.
Con o sin la bendición morenovallista, Claudia Hernández tendrá la responsabilidad de regresarle la confianza al priismo poblano, quien ante una derrota como la sufrida el año pasado perdió la fe en el tricolor. A la exdiputada y exsecretaria general del PRI en el estado no le bastará la mano de Dios, sino que deberá ejercer todas y cada una de las argucias políticas para levantar a un partido que hoy en Puebla vive como oposición.