La suerte en el PRI está echada, este sábado el Consejo Político Nacional prácticamente planchó las pocas arrugas que ponían en riesgo las aspiraciones del llamado “Goldenboy”.
Que sea mediante una consulta abierta la forma en la que se defina a su candidato, implica un beneficio directo para el exgobernador mexiquense.
El candidato presidencial será Enrique Peña Nieto, sin la participación de Manlio Fabio Beltrones en esa consulta.
Es evidente que las posibilidades del sonorense se esfuman ante un escenario de participación masiva, por lo cual terminará declinando en favor de Peña Nieto.
El largo y retorcido colmillo de “Don Beltrone” le servirá para evitar poner en riesgo su capital político, por lo que esperará el momento oportuno para negociar posiciones, fortalecer sus cotos de poder y al final, sumarse a la candidatura de Peña Nieto.
Sin embargo, por cuestiones estatutarias el PRI necesita de un segundo personaje para realizar la consulta abierta.
De acuerdo con los ordenamientos de ese partido, en caso de registrarse un solo aspirante, éste se convierte en candidato de manera automática y no hay precampaña.
En esa lógica, Enrique Peña perdería la posibilidad de utilizar los medios de comunicación para fortalecer su imagen, y no podría aparecer en espectaculares, ni tendría opción para hacer un proselitismo abierto.
De ahí que en los asesores del “Goldenboy” se hayan dado a la tarea de buscar a otro candidato que les permita legitimar la precampaña presidencial.
Sin duda, una empresa harto difícil.
¿De dónde van sacar un aspirante a modo, con la presencia nacional suficiente para hacer medianamente creíble su aspiración?
Pues todo apunta a Enrique Jakcson para ser el patiño que el priismo necesita.
Por lo pronto, los priistas parecen haber aprendido la lección de 2006, y el primer paso lo dieron el sábado pasado.
El bajón morenovallista
Mas allá de las encuestas que ponen en evidencia la popularidad y aceptación de Rafael Moreno Valle apenas a nueve meses de gobierno, es innegable que sus acciones autoritarias lo han desgastado con quienes debieran ser sus principales aliados políticos.
Por supuesto, me refiero a los partidos políticos que avalaron a través de su alianza su ambición personal.
El PRI va con Peña y busca patiño
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