Los momios de la quiniela se cumplieron en la izquierda.
Andrés Manuel López Obrador, por segunda ocasión consecutiva, buscará convertirse en el inquilino de Los Pinos.
Ahora participará bajo la bandera del PRD, PT y Movimiento Ciudadano. Mientras, en Puebla, la tempestad acecha.
Veamos.
Las diferencias entre Moreno Valle y López Obrador se remontan a la elección del 2006. En aquella ocasión, el entonces diputado federal tendió puentes con la izquierda para buscar la candidatura por el Senado bajo las siglas de la coalición “Por el bien de todos”.
Los perredistas aseguraron que ya había aceptado ir como candidato al Senado, y con ello estaban “amarrando” el triunfo en julio.
Sin embargo, los oficios de Elba Esther Gordillo colocaron a Moreno Valle como parte de la fórmula al Senado bajo las siglas de Acción Nacional, lo que le restó votos al tabasqueño.
En el 2010, López Obrador rechazó la alianza con los panistas y no aceptó al hoy gobernador como candidato del PRD.
Hace unos meses “El Peje” estuvo en Puebla y dio una probadita de lo que será su discurso durante la campaña en contra del señor de Los Fuertes, a quien llamó “dictador en ciernes”.
No obstante, al gobernador le quitaron un peso de encima. Ya no tendrá el compromiso para apoyar a su amigo Marcelo Ebrard.
Aquí le presentó lo que escribí el pasado 9 de noviembre:

En Puebla, la tempestad acecha
La posibilidad de que en 2012 el candidato de la izquierda sea Andrés Manuel López Obrador, y la candidata de la derecha sea Josefina Vázquez Mota, representa un escenario sumamente factible.
Esos dos nombres en las boletas electorales, prácticamente le resolverían al gobernador poblano el conflicto que hoy debe quitarle el sueño, y que consiste en la presencia de Marcelo Ebrard y Ernesto Cordero en las candidaturas del PRD y el PAN, respectivamente.
Sin estos dos personajes en la contienda, la decisión de Moreno Valle sería de manera natural la de favorecer de manera rotunda a Enrique Peña Nieto.
No se necesita ser sabio para vaticinar que la presencia de Andrés Manuel y Josefina en la elección, implicaría que la jefa política de nuestro gobernador gire el timón en favor del abanderado priista.
Para nadie son secretos las añejas diferencias de López Obrador y Vázquez Mota con la Gordillo.
Si a ese punto sumamos los compromisos morenovallistas con las dos televisoras nacionales, las cuales mantienen una clara preferencia hacia el vástago del grupo Atlacomulco, podemos entender por dónde se moverán las estructuras estatales en la campaña presidencial.
Sin duda, este escenario mitigaría los dolores de cabeza morenovallistas en los tiempos electorales, con un “pequeño” problema de por medio: ¿qué pasaría si gana alguno de los otros dos?
Viendo lo que está a punto de pasar en Michoacán, en donde el dinero está a punto de lograr que la hermana del presidente Calderón gane la contienda, me queda claro que la moneda está en el aire.
Ahora bien, ¿qué pasa si el candidato azul es Ernesto Cordero y el del Sol Azteca es Ebrard?
Ahí sí amarran al gobernador.
Por un lado, el presidente Calderón exigirá a sus gobernadores panistas resultados, Marcelo le pedirá el pago de facturas a Moreno Valle, mientras que la maestra utilizará sus dotes de gran equilibrista para evitar una caída mortal.
Y al final de la historia, el gobernador aliancista puede quedar como el cohetero, víctima de su maquiavélico juego político.
De momento, no nos queda otra que esperar.
Pero la tempestad acecha.