Fui al evento de precampaña del candidato de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador, que se llevó a cabo en el teatro La Paz de esta ciudad, sobre todo para escuchar su nuevo discurso en esta nueva lucha que ha iniciado. Además para ver y oír sus argumentos sobre la llamada “República Amorosa” que tanta polémica ha generado entre algunos sectores de la opinión pública.
Con toda honestidad diré que los argumentos expuestos por algunos intelectuales no dijeron mucho y tampoco aportaron nada nuevo, terminado el foro opté por abandonar el auditorio y salí un poco confundido, sigo creyendo que los graves problemas en México no se podrán resolver con actos de buena fe.
Estoy de acuerdo que nuestra sociedad mexicana vive en una permanente crisis de valores en todos sus sentidos, que algo hay que hacer, pero dichos procesos para que cambiemos, seamos otros y reconstruyamos el tejido social en el país son transformaciones costosas, empiezan muy lentas, son complicadas y muchos opondrán resistencias.
Desmontar toda una vieja estructura social, con largas historias de control, corporativismo, cooptación, abuso y corrupción son tarea compleja. Estas fueron educadas bajo regímenes autoritarios, fomentaron hábitos y costumbres excluyentes, racistas, violentas e intolerantes, formando grupos sociales a los que les “valga gorro” todo. Por ejemplo, no alcanzo a pensar cómo podrán resolverse situaciones que lastiman, laceran y duelen, como la pobreza y el hambre que viven muchas familias y pueblos indígenas en México.
Hace apenas unos días, una noticia causó mucho impacto cuando se informó que indígenas rarámuris están suicidándose por hambre; según el FOCI , unos 50 indígenas se han suicidado lanzándose a un barranco, denunció el dirigente Ramón Gardea, del Frente Organizado de Campesinos Indígenas (FOCI) en Chihuahua.
“Las mujeres indígenas, cuando no tienen durante cuatro o cinco días qué darle de comer a sus hijos, se ponen tristes y es tanta su tristeza que hasta el 10 de diciembre, 50 mujeres y hombres fueron al barranco a estar un rato pensando, por la tristeza que no tienen qué comer sus hijos y se arrojaron al barranco.”
Si lo antes denunciado se confirma, ni con un código sobre los valores y la moral pública resolverá estos problemas estructurales que tanto dolor causa a los que menos tienen. Lo que no tuvo “abuela” fue el comunicado del gobierno de Chihuahua, en donde dijeron que los indígenas tarahumaras resisten eso y más.
Ante eso, la gente lo único que hace es mostrar su solidaridad, más no podrá cambiar las condiciones reales en las que viven actualmente los pueblos originarios: hambruna, miseria, olvido, pobreza, injusticias y sequías.
Estoy consciente y entiendo que AMLO está en campaña, que aprendió de sus errores de 2006, que es necesario atraer a otros sectores diferentes a los suyos. Pero también hay cosas que las utopías no resuelven y los ciudadanos por lo menos necesitan que alguien les hable con la verdad, sin necesidad de gritos.
Hay asuntos que son difíciles de traducir pensando solo en los principios, sobre todo por su complejidad. Diré otro ejemplo: la Organización de Naciones Unidas (ONU) está advirtiendo que el mundo está “al borde” de otra recesión económica global, principalmente debido a la deuda soberana europea, las medidas de austeridad y el aumento preocupante del desempleo. ¿Qué vamos hacer?
Los problemas económicos son temas delicados y se resuelven con decisiones muy frías. Que yo sepa, ningún gobierno antepone los valores de sus sociedades por los de una solución que les permita su recuperación económica. De confirmarse el informe de la ONU acerca de la situación económica mundial y perspectivas para 2012, nuestro país deberá prepararse para enfrentar la desaceleración económica y evitar que nos arrastre con fuerza.
Precisamente el papel que debe jugar la izquierda es el de cuestionar, criticar y proponer un modelo económico diferente al actual. Uno que posibilite el crecimiento y desarrollo del país, para evitar que la recesión económica nos afecte más de lo debido.
La neta, tampoco creo que ese payaso de televisión que cuenta chistes, llamado “Platanito” y que se burló de los niños que perdieron la vida en aquella guardería de Sonora, vaya a cambiar con tan solo leer una cartilla de valores.
Finalmente, no dudo y pongo en tela de juicio que López Obrador es un hombre honesto y transparente, así como la mejor alternativa posible que tiene hoy la izquierda para hacer los cambios que se necesitan en México. Pero los discursos y mensajes de la izquierda deben tener sustancia, para eso se construyó esta opción.
Finalmente, el acto de AMLO en Puebla se cumplió, por lo menos escuche qué onda con eso de la “República Amorosa”, lo malo fue que muchos obradoristas de corazón e izquierdistas poblanos no les fue permitido el acceso; eso sí, los priistas molestos con su partido y demás “políticos” profesionales del oportunismo disfrutaron el evento.