Sin duda, el viernes pasado fue el día más negro en lo que va del sexenio.
Por la mañana, Carmen Aristegui exhibió de fea forma a Rafael Moreno Valle en una entrevista que dejó al descubierto la vulnerabilidad y la falta de oficio del gobernador cuando sale de la esfera de protección que le ofrecen las entrevistas pagadas y a modo en los medios locales.
Fueron dos temas los que levantaron ámpula: los gastos excesivos de campaña y el cobro anticonstitucional por las consultas de información pública.
El primer tema dejó en evidencia al mentiroso director de Comunicación Social, cuando el gobernador contestó a la periodista que la publicidad de su informe era parte de los convenios anuales que el gobierno tiene contratados con los medios de comunicación, cuando Sergio Ramírez Robles aseguró a su llegada al gobierno que la nueva política de comunicación era la de no celebrar convenios publicitarios.
Es innegable que los excesos cometidos para promocionar su imagen, se le revirtieron ante los cuestionamientos de la conductora de MVS.
El otro punto delicado fue la evasión sistemática hacia las preguntas sobre los cobros por las consultas de información pública, los cuales rompen con los principios constitucionales y que no cambiarán por un simple capricho personal.
Al finalizar este encuentro con Aristegui, inició la avalancha en las redes sociales en donde las burlas para el Ejecutivo no cesaron en todo el día.
Por la tarde, el derrumbe de una “ballena” del puente Zaragoza generó más angustias para el morenovallismo, aunque esta vez —hay que decirlo— tuvieron la capacidad de respuesta para evitar un escándalo mayor.
En cuestión de minutos, el titular de la Secretaría de Infraestructura dio la cara y operó personalmente la atención a los medios y la limpieza del lugar en 36 horas culminando con la multa a la empresa constructora, la cual emitió un comunicado reconociendo su responsabilidad.
Así las cosas, en un mismo día el gobernador enfrentó dos incidentes delicados, mismos que reflejan la vulnerabilidad del habitante principal de Casa Puebla.
Quedó demostrado que nadie es infalible y que de un día para otro se pueden desmoronar los sueños presidencialistas.



Morenovallistas en la ilegalidad
Aunque la ley es muy clara al permitir a los gobernantes promover su imagen los días previos y posteriores a sus informes de gobierno, esta es precisa al determinar que serán siete días antes y cinco después del día de su informe.
De esta forma, tomando como base que el informe fue el domingo 15 de enero, tenemos que el último día para promover la figura del gobernador era el viernes 20.
Sin embargo, el sábado continuaban los espectaculares con la imagen de Moreno Valle; en concreto, el instalado en las instalaciones de Puebla Televisión en la avenida Atlixcáyotl, además de cuatro caras de espectaculares en la autopista a Atlixco y otros dos en la autopista Siglo XXI rumbo a Cuautla, los cuales fueron retirados hasta la tarde del domingo, lo que constituye una flagrante violación a la ley.
Lamentablemente, con todos los partidos puestos de tapete ante el Ejecutivo difícilmente veremos una denuncia contra estas ilegalidades.
Esa es la transformación de la que tanto hemos oído presumir.

De la puja por el Senado
Sin temor a equivocarme, el verdadero ganador de la guerra priista por la candidatura al Senado fue el rector Enrique Agüera.
El hecho de no haber aceptado la invitación del tricolor, y haber anunciado que la UAP es primero, lo dejaron en una posición de privilegio, de cara a su futuro político.
Fue cuestión de horas las que debieron pasar para darle la razón al mandamás universitario, cuando el PRI anunció la ruptura con el Panal.
En contraposición, hoy la dupla Zavala-Alacalá enfrenta el descrédito electoral del primero y las amenazas del morenovallismo de actuar en contra de la expresidenta municipal. Además deberá primero imponerse a la fórmula de Fernando Morales y Alejandro Armenta, la cual tomó como bandera la condición de poblanos contra fuereños, circunstancia que les puede abrir la vía al Senado. Inteligentemente, le echaron limón a la herida con el grito de “Chiapas no, Puebla sí”.
No duden que Morales y Armenta pongan a parir cuates a Zavala, quien jura tiene a toda la estructura priista de su lado.
Y, por supuesto, cada registro se realizó con todo el sello del priismo, con mariachis, matracas y confeti.
Nada mas faltó que se inscribieran Óscar Aguilar y Morales Alducin para rematar este cachondeo.
Ver para creer.