Una de las principales promesas que durante su campaña escuchamos en boca de Rafael Moreno Valle fue la relacionada con el hecho de transparentar el uso de los recursos públicos.
Lamentablemente, las constantes acciones de opacidad por parte de la actual administración estatal me llevan a concluir que este gobierno está empeñado en ocultar el destino de dinero público, evitando así que los poblanos conozcamos el destino de esos recursos. La primera muestra del “oscurantismo financiero” que practica el gobierno morenovallista se dio con los gastos de la millonaria remodelación de Casa Puebla, la cual se intentó ocultar a los poblanos argumentando que eran temas de seguridad.
La negativa constante de abrir los gastos estatales ha marcado al morenovallismo, sobre todo por las triquiñuelas utilizadas para evadir su obligación constitucional. El caso de opacidad gubernamental más notable de todos los ocurridos a lo largo del sexenio: el de la negativa de abrir el expediente de las aeronaves que utiliza el gobierno del estado, particularmente en la compra de un helicóptero en 2011.
Pese a todas las pruebas publicadas por Intolerancia Diario, donde se han documentado las contradicciones y las mentiras del gobierno estatal, la Secretaría de Administración a cargo de Cabalán Macari insiste en negar la compra del Agusta Grand New negro, considerado como el “Ferrari” de los helicópteros, el cual utiliza habitualmente el gobernador Moreno Valle.
La respuesta de la Unidad Administrativa de Acceso a la Información de la Secretaría de Finanzas es la prueba contundente de loa mentira morenovallista, toda vez que —como se aprecia en el documento— en septiembre de 2011 se realizó dicha compra. Esta vez, la falta de coordinación entre la Secretaría de Finanzas y la de Administración a cargo de Roberto Moya Clemente y Cabalán Macari Álvaro, los dejó al descubierto.
Todo indica que la compra del Agusta Grand New no ha sido regularizada administrativamente, al igual que no se había reconocido la baja del helicóptero Bell 412 del inventario del gobierno del estado, lo cual los puso en serios predicamentos legales. Una fuente del interior de la Secretaría de Finanzas reveló a este columnista que las solicitudes de información a través de la CAIP por parte de Intolerancia Diario complicaron la regularización de la compra del nuevo helicóperto, el cual sería justificado con la venta del helicóptero Bell 412.
Sin embargo, la fallida subasta del Bell 412 y la urgencia del gobernador para adquirir el Agusta, los llevó a realizar las operaciones sin los sustentos legales que justificaran la compra de la nueva aeronave. El mismo informante me confesó que la desesperación es tal, que han contemplado simular un arrendamiento de la aeronave para continuar negando la compra, aunque con la salvedad de que Finanzas confesó que adquirieron la aeronave el 15 de septiembre de 2011.
Por lo pronto, los documentos contradictorios emitidos por Finanzas y Administración obligarían a la Contraloría a tomar medidas correctivas en contra de alguno de los dos titulares. Sin embargo, la cercanía de los dos funcionarios con el gobernador, y el hecho de que la compra del Agusta obedezca a un capricho personal, complica cualquier procedimiento ordinario para poner en orden todo este cochinero.
Lo que es innegable es que la falta de aseo administrativo por parte de los altos funcionarios de este sexenio los ha puesto en evidencia.
Seguiremos este caso con lupa.
El Agusta se hunde en el fango

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