La Procuraduría General de Justicia (PGJ) de Puebla mantiene en completo silencio la investigación, si es que la está realizando, tras la ejecución de Erick Badillo López de 26 años de edad y Román Herrera Fernández de 19, ocurrida durante los últimos días del mes de junio, quienes aparecieron en terrenos de la comunidad de Mazatecochco, Tlaxcala.
En una entrega pasada le comenté que sobre este caso existe la vinculación de personal de la Policía Ministerial del Estado de Puebla, (PME), hecho que la procuradora general de Justicia de Tlaxcala, Alicia Fragoso Sánchez, decidió callar al momento de encarar a reporteros de la página de policía del vecino estado y sólo se concretó a decir que se trataba de “ajustes de cuentas” entre delincuentes poblanos, nada más. Lo cierto es que en este doble homicidio existen indicios que llevan a por lo menos un comandante de la corporación de investigadores a estar coludidos en el doble crimen, al parecer porque atrás de todo esto existe un “pasón en un interrogatorio”.
De hecho, de los dos ejecutados, de acuerdo con los mismos reportes del levantamiento de cadáveres, se dijo que uno al momento de ser depositado en el terreno había muerto y el segundo fue ejecutado en ese lugar; uno recibió un disparo en la cabeza —como tiro de gracia—, el segundo recibió tres. Los dos presentaban huellas de haber sido torturados antes de su muerte.

Uno de los occisos, con antecedentes penales
Al menos Erick Badillo López, uno de los ejecutados, tiene antecedentes penales. Erick, el 21 de septiembre del 2011 fue presentado por la Procuraduría General de Justicia (PGJ), junto con sus hermanos Fernando y Aldo, además de un menor de 17 años, como personas que se dedicaban al saqueo de cibercafés y de internet en la zona de la junta auxiliar de San Sebastián de Aparicio y parte de la ciudad de Tepeaca, incluso se dijo que todo lo robado se lo vendían a un sujeto apodado “El Oaxaco”, que nunca fue detenido.
De acuerdo con el primer reporte por parte de la PME, los agentes investigadores detuvieron primero a Erick y al menor de 17 años de edad a bordo de un vehículo Avenger rojo, con placas de Quintana Roo, cuyas características se dijo coinciden con las que aportaron testigos de robos a comercios, por lo que los interceptaron. Cuando los agentes revisaban la unidad llegaron los otros dos hermanos —Aldo y Fernando— a bordo de un taxi Nissan Tsuru, para ofrecerles los dos vehículos y 30 mil pesos a cambio de que los dejaran en libertad y como los policías se negaron entonces los amenazaron con tomar venganza. Al respecto de la detención, el Ministerio Público abrió la averiguación previa 3852/2011/Oriente.
Un servidor comentó después, en esta misma columna, que a todos los presentados por parte de elementos bajo las órdenes del comandante Faustino Flores Muñoz, los habían dejado libres tras el pago de una fianza y aún así el boletín de su detención fue elaborado y distribuido a los medios.
De inmediato, la PGJ se apuró a desmentir la información.
“El pasado fin de semana el agente del Ministerio Público adscrito a la delegación Oriente ejercitó acción penal en contra de Aldo, Fernando y Erick Badillo López.
”Por tanto, los sujetos fueron ingresados al Centro de Readaptación Social de San Miguel (Cereso) a las 19:25 horas del sábado 24 de septiembre, bajo el oficio de internación 3727 que fue recibido por el jefe del tercer turno de seguridad y custodia de dicho centro penitenciario.
”Los ahora inculpados se encuentran a disposición del juez Octavo de Defensa Social del estado de Puebla, sujetos al proceso penal 233/2011.”

Erick es uno de los ejecutados
Erick Badillo López de 26 años de edad y Román Herrera Fernández de 19 pudieron haber sido detenidos para investigación por el delito de robo, al menos así lo indican reportes llegados a esta columna por personas que pidieron el anonimato, luego sus familiares les perdieron la pista, por lo que siguieron buscándolos hasta que aparecieron en la zona de Tlaxcala, ambos con huellas de tortura y ejecutados, con un tiempo de diferencia uno de otro; de hecho, se presume que a uno le dispararon cuando estaba muerto.
La PGJ continúa en silencio.
Nos vemos cuando nos veamos.