La Procuraduría General de Justicia (PGJ) ya tiene conocimiento de que Alfredo Maya Sevilla, uno de los maestros, fue denunciado por una de las alumnas por acoso sexual y los delitos que resulten.
La misma denuncia alcanza al director de esta universidad, Guillermo Taobi, quien pese a conocer de la actitud de uno de sus mentores en el área de Gastronomía no sólo le brindó todo el apoyo sino que despojaron de su beca a la alumna de 21 años de edad y además le quitaron sus años de estudio; iba en noveno semestre y la mandaron a segundo.
La afectada, desesperada tras la serie de abusos de los que fue víctima, se presentó a la agencia del Ministerio Público Especializada en Delitos Sexuales donde presentó denuncia por el delito de acoso sexual en la que de inmediato fue atendida, amén de que le dieron apoyo psicológico para evaluar cómo se encuentra emocionalmente tras haber perdido una beca, ser degrada de grado y todo porque se negó a “ir a la cama” con su maestro. La afectada dijo que la Universidad Mesoamericana se ubica en bulevar Valsequillo y 14 Sur.
La beca se la dieron en la Casa del Estudiante y el único requisito que le pusieron fue que cumplieran con sus horas de estudio y de práctica, pero a su maestro Alfredo Maya le dio por sentirse “galán” y de plano se la “cantó”, le pidió un “acostón”, ella se negó y las consecuencias le afectan en sus estudios. El director de la universidad y otras empleadas se confabularon para decirle que por “grosera” le quitaban la beca… ¿y el maestro agresor?, bien gracias.

El correo de los muertos…
El flamante inspector

Una carta enviada a esta columna por parte del personal de la Policía Estatal Preventiva (PEP) pone en evidencia como trabaja el director de Operaciones de la corporación, quien utiliza a sus elementos como “guardias de seguridad privada” utilizándolos como “guaruras” en fiestas y otras actividades, de las que cobra por ellos, además utiliza vehículos y armas propiedad del gobierno del estado para su beneficio propio.
“Resulta que para don Lázaro, el flamante director de Operaciones de la Policía Estatal de Puebla, tiene más valor la corrupción que la honestidad y eficacia porque ahora tiene en su célula de trabajo a Capilla, el cual fue denunciado al 089 por vender marihuana y cocaína; a Saúl, quien fue líder de la comisión en el sexenio pasado, únicamente ocupado de alborotar a los elementos en contra de las autoridades competentes; a ‘El señor de los anillos’ quien robaba el combustible de las patrullas, inclusive señalado por el exdirector de la Policía estatal Juan Elvira Camarena y quien junto con ‘El chupón’, cobraban rentas a la ‘Paty’ y al ‘Perico’ en la Romero Vargas —en la venta de heroína— además de Izúcar de Matamoros y los contenedores de San Andrés, o como su exelemento ‘El pato’ a quien lo acaba de consignar la Procuraduría.
”Aparte de tener ‘este gran equipo de trabajo’, el gran director resultó una persona traicionera y desleal, pues a uno de sus actuales elementos ya mencionado —Saúl— y a dos de sus antiguos allegados ‘El comandante Rojas’ y ‘El Freddie’ cuando ya no se mocharon, a uno lo reventó a Izúcar y al otro lo dio de baja.
”Ostentando su cargo como director se beneficia económicamente al mandar a elementos de bases de operaciones a cuidar bailes, conciertos y eventos de manera clandestina llevándose una tajada de 600 pesos por elemento, pues a sus trabajadores sólo les deja 200 en lugar de mandarlos a cumplir con su deber, utilizando el equipo de uso exclusivo de la Policía Estatal.
”A lo que se debería dedicar —don Lázaro— es a cumplir con su trabajo de director, en lugar de estar galaneando con la trabajadoras de su oficina, quienes por estar protegidas por el ‘Respetable’ inspector José de Lázaro Trinidad son prepotentes, se la pasan vagando en la tienda y comen a todas horas sin realizar ninguna de sus labores como policías estatales.”

Hasta aquí la carta.

El correo de los muertos…
La prueba del polígrafo

“La prueba de polígrafo que aplican en la SSPF o Policía Federal y en el Cisen no son diferentes, también son de resorte y con una almohadilla que colocan en las nalgas —por cierto, la almohada está toda vieja y rota—, en una silla de madera muy incómoda te piden no respirar, no moverte y te interrogan con pura pendejada; simple, te confunden, después te preguntan que si les ocultas algo, que salió en el examen; les dices que no y ellos que sí; les interrogas que te digan en qué les mentiste, claro, no te lo dicen y para acabarla de amolar te piden firmar hojas en blanco, les dices que no vas a firmar y te dicen que si no firmas estás descartado de inmediato, que por eso al inicio de las pruebas firmaste un documento donde aceptabas ser sometidos a pruebas y a hacer todo lo que ellos te pidieran o estabas descartado automáticamente; ah, tienes que ir sin comer o unas 4 horas después porque si empieza tu sistema digestivo a trabajar en la digestión el polígrafo lo toma como un cambio en tu cuerpo y estás mintiendo, además te dicen que estás haciendo algo para manipular el polígrafo… la cosa es fregar… hay empresas que te garantizan el pase de la prueba… las clases de cómo mentirle al polígrafo y que no se den cuenta… las imparten los mismos que trabajan aplicando las pruebas… supongo que las hojas que firmas en blanco son para ponerte resultados de personas que no pasan, y a ellos los ayudan poniéndole tus hojas… sólo así se explica por qué tanto delincuente se queda en la PF o Cisen.”
Hasta aquí la carta.
Nos vemos cuando nos veamos.