A unos días de que la fiesta de la iglesia de la Virgen de la Merced se realice, comerciantes establecidos y vecinos de la zona donde se ubica el santuario enviaron un mensaje de protesta vía internet a esta columna, molestos porque el nuevo párroco Oswaldo Vivar Martínez utilizó el domingo 9 de septiembre a la imagen de la Virgen de la Merced para recoger “limosnas” en la vía pública, valiéndose de un carrito de arrastre, lo que nunca antes había ocurrido.
Los quejosos protestaron porque para la celebración de la Virgen cada año se reúnen todos los vecinos y comerciantes y se reparten las obligaciones de las festividades, sin que exista la necesidad de “pasear” a su protectora para que pida limosna, por lo que se les hizo denigrante y de poco estilo lo del párroco, que apenas cumplió un mes en esa iglesia.
El anterior párroco, Antonio Serrano Lezama, en los 13 años que estuvo en la iglesia de la Merced, de acuerdo con lo que dicen los quejosos, no sacó a la Virgen para “mendingar”; todo lo contrario, cuando salía era para la bendición de vecinos, comerciantes y todos los que pasaran, los gastos y costos de las celebraciones los absorbían ellos mismos y nunca tuvieron problemas. Además de esta seria queja, que esperan sea atendida por el arzobispo de Puebla para que no vuelta a ocurrir, también denunciaron lo que ellos consideran malos manejos en la iglesia, como que el párroco Oswaldo Vivar haya metido a toda su familia y despedido al personal que antes laboraba ahí. De los ejemplos que dieron se encuentra la cuñada del párroco —esposa de su hermano— a quien le dieron la concesión de la venta de las veladoras; el nuevo sacristán es el tío de la cuñada del padre; la secretaría es su sobrina. Por eso, pidieron que alguien llame al orden al padre Oswaldo, para que la tranquilidad permanezca en la iglesia de la Merced.
 
Abrahán Rosas y Jorge Arroyo, bajo la lupa de la PGJ
Para este momento la Procuraduría General de Justicia (PGJ) podría estar desenmarañando la madeja que lleva a una red de servidores públicos vinculados con la protección a pandillas implicadas en el delito de trata, lo que ha generado el incremento de casos de mujeres y de menores de edad, principalmente menores de edad, que son obligados a dar sexo servicios.
Dos personajes ligados a esta red de corruptelas son un exfuncionario del ayuntamiento de Puebla —Jorge Arroyo— y un personaje ligado a Imelda Calvillo, exdelegada de la Procuraduría General de la República (PGR) en Puebla, actualmente titular de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade) —Abrahán Rosas—, quienes fueron denunciados ante el Ministerio Público por el delito de chantaje, además de amenazas de muerte.
Jorge Arroyo y Abrahán Rosas el viernes pasado se hicieron acompañar de cuatro hombres armados, presuntos elementos de la Policía Ministerial Federal, para recorres hoteles de Centro Histórico de la ciudad para amenazar a los dueños y a partir de ese momento imponer una “cuota” de 10 mil pesos por propietario, bajo la amenaza de llevarlos detenidos con el argumento de que fomentan el delito de trata.
La actuación de los exservidores públicos fue respaldada por amenazas e intimidaciones, además de que en sus mensajes dejaron entrever que el dinero cobrado iba a ser repartido con los altos mandos de la Policía Ministerial del Estado (PME), uno de éstos —el comandante Medellín— quien tiene a su cargo los grupos operativos de la Ministerial que pueden dedicarse a este menester, lo mismo que su titular, Juan Luis Galán, lo que resultó falso, pues fueron estos mismos jefes policíacos quienes trataron de detenerlos, la noche del viernes cuando habían terminado de amenazar a su última víctima, a quien privaron de su libertad en su propio hotel hasta que no les dio los 10 mil pesos de “renta”, amén de que fue amenazado él y su familia en caso de que llegara a denunciarlos.

El jefe de Normatividad, en la lista de implicados
Otro de los personajes que sale “embarrado” en la extorsión a hoteles, moteles, bares, cabarets y anexas, es el jefe de Normatividad Comercial, Luis Mora Velasco, quien tiene como “consigna” —dentro de este grupo criminal— clausurar e intimidar utilizando personal del ayuntamiento de Puebla, a quienes no “le entren” a la paga de “protección”, haciéndola incluso de Policía Ministerial para allanar casas, cortar suministros de luz, destrozar sistemas de video de los negocios o casas donde ingresa, violando todos los procedimientos legales para un cateo.
Luis Mora se pasa por “el arco del triunfo” la misma ley, es más peligroso que los militares o los cuerpos de seguridad de elite calificados para revisiones de esta índole, pero que las cometen o cumplen resguardados por una orden judicial, lo que los empleados del ayuntamiento no hacen. Además de este tipo de acciones al margen de la ley y lo que evidencia la inclinación de Mora Velasco a los personajes anteriormente comentados es que “Don Fulgencio”, uno de los encargados de la “seguridad” de al menos 20 negocios de “casas de masaje”, hoteles y moteles, no es molestado ni por los dos que se hacen pasar como federales, ni por el mismo ayuntamiento.
¿Cuántas veces habrán sido vistos Abrahán Rosas y Jorge Arroyo, en la sala de espera de las oficinas de Normatividad Comercial, lo mismo que “Don Fulgencio”?
Le comento que esto de extorsionar a propietarios de negocios de “giros negros” no es nuevo, estos dos personajes encabezaron al grupo que desde inicio de esta administración comenzó a recoger “rentas”, el mismo procurador de Justicia tiene en su escritorio guardado el reporte de que Abrahán Rosas era quien encabezaba una especie de “sindicato policíaco” para cobrar protección a los “giros negros”.
Nos vemos cuando nos veamos.