Aunque se empeñen en negarlo, en Puebla se vive una clara descomposición en materia de seguridad pública.
Para confirmarlo, el sábado pasado fue ejecutado Ángel Carcaño Chantés, director jurídico del municipio de San Andrés Cholula, horas después de haber sido levantado por sujetos desconocidos la madrugada de ese día. En lo que va del sexenio, en nuestro estado ha sucedido una serie de acontecimientos sanguinarios. Estos hechos, anteriormente sólo se presentaban en otros estados y los conocíamos a través de los noticieros nacionales. Sin embargo, este brote de violencia generado por el crimen organizado llegó a Puebla y empezó en dos regiones del interior del estado, respetando la zona metropolitana de la capital.
Hasta antes del crimen del sábado tanto el corredor que recorre los municipios de Amozoc, Tepeaca, Tecamachalco hasta Tehuacán, como el de Huauchinango y Xicotepec en la Sierra Norte eran las regiones en donde la violencia se había desatado; lamentablemente todo hace pensar que esta guerra ha llegado a nuestra zona metropolitana, aunque el secretario de Seguridad Pública Ardelio Vargas se empeñé en negarlo.
El móvil de un levantón como el que culminó con la ejecución del director jurídico del municipio de San Andrés Cholula apunta a la participación del crimen organizado. Si bien es cierto que el secuestro, los robos y el crecimiento constante de delitos había encendido los focos rojos en la zona metropolitana de nuestro estado, esta ejecución nos confirma que Puebla va siguiendo los pasos a estados vecinos, a los que ingenuamente veíamos padecer una violencia muy lejana a nosotros.
Lamentablemente, en la política de la simulación, Ardelio Vargas está empeñado en mantener engañado al gobernador Moreno Vallé y de paso a todos los poblanos.
¡Lo que se ve no se juzga!
Durazo sigue en Puebla
El 20 y 21 de septiembre Intolerancia Diario dejó al descubierto la corrupción que impera en la Dirección de Seguridad Vial del estado desde el robo descarado de refacciones en el corralón hasta el probado nepotismo en el que incurrió el subdirector de esa dependencia, Florencio Vázquez Padilla.
Ante estas denuncia periodísticas, recibí una llamada de la encargada de Comunicación Social de la SSP informando que los funcionarios involucrados en estos hechos habían sido separados de sus cargos, para dar inicio a una profunda investigación.
Pese a este anuncio, la realidad es que la supuesta suspensión del subdirector Vázquez Padilla resultó una farsa, ya que este sujeto sigue actuando en el cargo con la complicidad del director Jorge Verdusco.
Desde hace dos semanas, testigos presenciales confiaron a este columnista que el comandante Florencio Vázquez se pasea como “Pedro por su casa” por las oficinas de Vialidad, burlándose de la supuesta suspensión.
Además, en una flagrante violación, utiliza permanentemente un vehículo Nissan Sentra blanco con placas TUD3711 adscrito a la Dirección de Vialidad, además de seguir dando instrucciones directas con su radio Matra, cuya clave es la misma que utilizaba cuando estaba en funciones.
Por si fuera poco, una fuente al interior de esa dirección nos informó que Vázquez Padilla también utiliza al comandante Maximino Loranca para operar los negocios de la dependencia, que gira instrucciones a nombre del comandante Florencio. Así las cosas, es evidente que el titular de Vialidad Jorge Verdusco actúa en complicidad con Florencio Vázquez, a quien tolera absolutamente todo.
Y aunque se empeñen en negarlo, es innegable que en Puebla vive un nuevo Durazo.
¿En qué momento del sexenio se perdió aquello de que “en Puebla, nadie por encima de la ley”?
En el tintero
Por cuestión de espacio dejaré para mañana el tema sobre la “sospechosa”• idea de generar una nueva ley de medios en donde evidentemente hay mano negra, y les contaré más detalles de la reunión entre el gobernador y los diputados federales, en donde quedó en claro que el Señor de los Cerros asumió que tiene nuevo jefe político. Era de esperarse.
Ardelio Vargas y la política del engaño

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