Si usted quiere “checar” la efectividad de una corporación policíaca en el rubro de la prevención del delito y el combate al crimen, además de la persecución de delitos, y no tiene acceso directo a informes oficiales —que de por sí están maquillados—, le recomiendo que revise diarios locales o escuche noticieros o vea noticias por televisión y le aseguró que verá que tanto la Policía Municipal como la del Estado están colocando su “granito de arena” para combatir el alto índice delictivo que existe en Puebla, pese a las recientes estadísticas, donde no tomaron en cuenta las denuncias que no se presentan y otras cosas más.
En el aspecto de la efectividad policíaca le comento que quienes enfrentan un retraso infame es la Policía Ministerial del Estado (PME), pero si bien no en todas sus comandancias, sí en las principales como la de Robos y Asaltos, que se ha ganado el mote de “Los tecitos”, porque ahí están pero que no sirven para nada. El comandante de este “grupazo” de ministeriales puede presumir de todo: de chismoso, de “invitador”, de “barbero”… pero de efectivo, nada de nada.
El comandante, de quien no se sabe si está en la lista de los que no pasaron el examen de confianza, se ha dedicado a la investigación de casos que le “llueven del cielo”; para ser más específicos, vive de las detenciones de la Policía Municipal y la del Estado, que remiten a sospechosos ante el Ministerio Público, y al servidor público y a sus “muchachos” les toca investigarlos y claro, con una “cachetada” y una “mentada” logran sacar confesiones y así prolongan su estancia, sin trabajar, en una corporación que poco a poco queda diezmanda.
A esta columna llegó una queja directa contra el comandante de Robos y Asaltos, queja donde se señala lo que antes le comenté: que se trata de un comandante que se la pasa contándole cuentos de “caperucitas y lobos” a su jefe directo, además se granjea su amistad con uno que otro regalito y chismes, con tal de que no se dé cuenta de la poca efectividad que existe en la comandancia.
La misma misiva indica que este comandante, además de dedicarse a la “milonga” y a la “chacaleada”, también está muy al pendiente que sus “muchachitos” no le piquen los ojos y se queden con uno que otros pesitos que salen quién sabe de dónde.

¿Perfil de comandantes?
No falta quien, en pos de buscar una nueva ubicación o asignación dentro de la PME, solicita a su director que realice una breve revisión de quiénes son los mejores y más preparados elementos, desde jefes de grupo hasta comandantes, para saber donde se encuentran y planear si es necesario realizar más cambios y colocar a quienes sí alteren, para el beneficio de la sociedad, las estadísticas de trabajo de la Ministerial. Por cierto, quien envía esta carta no baja al comandante de robos y asaltos de “huevón” y “arrastrado”, ¿será?

El correo de los muertos
Para que no se les olvide lo que ocurre en Acatzingo
“Hay muchos problemas en el estado de Puebla, que más que nada son tráfico de drogas o la incomprensión de los subordinados del gobierno por incumplimiento de pagos o exceso de trabajo, pero no se han fijado en los demás municipios, como Acatzingo de Hidalgo en el cual se está dando el robo de vehículo, extorsión, secuestro, intento de secuestros, y sobre todo el robo de infantes a la salida de escuelas o el día martes que es día de tianguis, y que les es más fácil robarse a estos niños, la gente está más bien se van a empezar a organizar para defenderse ya que la misma policía no piensa hacer nada, ellos mismos lo dijeron que también tienen familia y no quieren correr riesgo, así que ESTAMOS SOLOS, y de alguna forma nos vamos a defender en contra del crimen, y como bien es cierto en los únicos que se puede confiar en el EJÉRCITO Y LA MARINA porque la municipal, estatal y federal ya se corrompen más fácil y hasta ellos mismos los ayudan, espero y con esta carta se haga algo, sino el pueblo va hacer justicia por su propia mano; una ocasión lo iba hacer al querer linchar a un ladrón que mató a una señora, y al no querer entregarlo iban a quemar la presidencia municipal ya tenían la gasolina, pero supieron sacar al delincuente sin que la gente se dieran cuenta.”
Carta repetida, para que no se les olvide.
Hasta aquí la carta.
Nos vemos cuando nos veamos.