Ya se cocina en Casa Puebla uno más de los caprichos del gobernador.
Sí, pero esta vez no es la rueda de la fortuna ni tampoco el teleférico; se trata de tomar el control absoluto del Poder Judicial del estado desapareciendo de facto la división de poderes.
Es verdad que la labor del presidente David López Muñoz ha sido gris y de sumisión absoluta.
Nada más le tocó la ingrata labor de vender a 12 de sus compañeros, incluido su mentor, Alfredo Mendoza, para dar cabida al virtual golpe de Estado al Poder Judicial dado por el gobernador al “jubilar” a medio Pleno, para meter en sus lugares a ocho ilustres desconocidos en Puebla y a cuatro jueces con no muy buena reputación, pero sí serviles a sus intereses.
Dentro de los ocho desconocidos llamó la atención uno de ellos, de nombre Roberto Flores Toledano, abogado fiscalista en el Distrito Federal pero que de administración de justicia no sabía absolutamente nada.
Para su desgracia, fue adscrito a una Sala Penal donde su desempeño ha dejado mucho que desear porque simplemente los que resuelven los asuntos son los secretarios, porque él se dedica a las relaciones públicas.
El hartazgo de los litigantes por tantas tardanzas y desatinos se ha hecho patente. De su actuación en el Pleno, dicen los que saben, solo puede calificarse como nula o mediocre; es más, no tiene idea dónde están los juzgados en Puebla.
Lo anterior no tendría nada de raro en esta Puebla dominada hoy por personajes venidos de otras latitudes; sin embargo, hurgando en los antecedentes de este personaje encontramos que su único mérito es haber sido compañero de estudios del gobernador en su juventud.
Vean si no hay cosas curiosas: desde hace un año que llegó a Puebla, Flores Toledano renta una casa en La Vista, en la que por lo menos gasta la mitad de su sueldo como magistrado.
¿Es esto posible?
Cabe destacar que no ha traído a Puebla a su familia, luego, tiene dos casas que mantener.
Aquí me sugen unas preguntas: ¿cómo le hará? ¿Recibirá alguna ayuda extra del gobierno? ¿Esta es legal?
No lo sabemos, lo que sabemos es que en el año que lleva en Puebla se ha dedicado a “darse a conocer” en el Poder Judicial dejándose consentir, acudiendo a toda clase de comidas, cenas y francachelas donde después de haberse metido varios tragos grita, a voz en cuello y sin recato alguno: “yo en febrero seré presidente, Rafa me debe muchas y ya es momento de que me las pague”.
Sobra decir que con su actitud ha ninguneado al actual presidente. Cuentan que en Navidad los serviles jueces hacían fila para felicitar a su nuevo amo, quien les ha dicho que él es el bueno y que en febrero despachará en la casona de la 5 Oriente.
Sí, aunque usted no lo crea, será presidente del Tribunal sin conocer nada de administración de justicia, de Puebla y de los poblanos.
Bueno, de los jueces poblanos sí conoce que saben tomar y organizar buenos agasajos.
¿Tendrá la calidad moral para corregir a los jueces con los que se ha emborrachado?, ¿es esa la forma en que lo mandaron a conocer Puebla y a los poblanos?, ¿lo permitirán los agachones magistrados?
Ver para creer.
Estamos próximos a ver uno más de los caprichos del Señor de los Cerros.
Pobres de los que aquí vivimos, pobre Poder Judicial.
¿Será que lo mejor está por venir?
Veremos y diremos.
Crónica de una imposición anunciada
PUBLICIDAD