Todo se complicó para Álvaro Alatriste, aspirante (aún) a la candidatura a presidente municipal de Tehuacán por el Partido Revolucionario Institucional. A 30 días de que concluyan las campañas, el también exalcalde insiste en ocupar el lugar de candidato otorgado a su esposa Ernestina Fernández, pues fue puesta para no perder el registro ante el Instituto Estatal Electoral y en el momento en que el Tribunal desechara la impugnación en su contra lograría su objetivo.
 Las cosas ya se pusieron “color de hormiga” porque el político, mejor conocido como “El mostro” Alatriste, ya se empecinó con ser él quien aparezca en las boletas electorales el próximo 7 de julio, como “acordó” con los líderes Pablo Fernández del Campo y Fernando Moreno Peña, quienes —por cierto, según fuentes cercanas— “pasaron por la báscula al candidato” e hicieron el compromiso.
Las cosas llegaron a tal grado que la noche de ayer, priistas tehuacaneros que simpatizan con Álvaro Alatriste iniciaron la organización de una marcha al Comité Ejecutivo Nacional en la ciudad de México para exigir al presidente de su partido, César Camacho, se cumplan los “acuerdos” hechos en Puebla y sea el expresidente municipal quien compita en la contienda.
 Mientras son peras o manzanas, la esposa del inconforme, Ernestina Fernández, inició campaña en el municipio de Tehuacán por lo que, dicen los que saben, es lo único que reconforta al “mostro” Alatriste. Sin embargo, con la señora de por medio, la realidad es que en Tehuacán las cosas están que explotan y nadie puede tranquilizar a los priistas de la región, pues dicen que a su líder Pablito le faltan muchos pantalones para enfrentar al verdadero enemigo que está dentro del partido.
 Usted dirá.