Eduardo Rivera y Miguel Ángel Huepa eran candidatos a sus respectivas presidencias municipales. Por primera vez dos panistas gobernarían la zona de conflicto limítrofe. Ambos, antes de enemistarse, prometieron a los poblanos ubicados en la línea que divide una ciudad de otra que resolverían el viejo conflicto entre San Andrés Cholula y Puebla. Eso no sucedió.
Ni la histórica mayoría panista en el Congreso local ni los dos alcaldes emanados del mismo partido ni los arrastrados diputados priistas que han vendido sus votos en la Legislatura fueron suficientes para resolver lo que campaña tras campaña se promete.
Este lunes los candidatos a la presidencia municipal de Puebla y San Andrés Cholula, Toni Gali y Leo Paisano —de la coalición Puebla Unida—, recurrieron a la misma y desgastada mentira. Ambos anunciaron con bombos y platillos que resolverían el conflicto limítrofe entre ambos municipios, cuando ni las circunstancias propias para hacerlo lo han logrado.
La pregunta de los 64 mil es: ¿Cómo pretenden Gali y Paisano resolver el problema?
Primero. En caso de que ambos ganaran el próximo 7 de julio, el conflicto no compete a los presidentes municipales. Segundo. Son los diputados locales quienes tienen en sus manos resolver o no el problema. Tercero. En caso de que ganara Puebla Unida, el candidato a legislador es el presidente municipal con licencia de San Andrés Cholula, Miguel Ángel Huepa, quien hasta antes de irse no tuvo ningún interés de resolverlo.
Entonces, ¿por qué el engaño? Evidentemente los procesos de campañas, sobre todo cuando registran números tan cerrados, provocan una especie de desesperación en los candidatos a un cargo de elección popular, quienes recurren a la mentira, las promesas imposibles de cumplir y hasta prácticas poco éticas .
Todos sabemos que las campañas son una falsa ilusión de lo que podríamos ser como país, estado o municipio. Los políticos son quienes tienen la peor reputación ante sus electores. Si lo sabemos, por qué intentar vernos la cara de esa forma.
Sean serios, señores.