Pana, convulsión.
 
Apenas, hace unas semanas, el llamado “Brujo de Apizaco” ha hecho una más de sus clásicas y características balandronadas, o tomadas de pelo, en franco fingimiento de lo que no es, ni puede ser, lo que la escritora Maite Rico juzgando la actitud de Rafael Guillen al actuar, viviendo la representación en la vida real del personaje de su creación, el Comandante Marcos, la conocida corresponsal de El País llamó: “La genial impostura”. En El Pana, como muchas de las cosas a que nos tiene acostumbrados, ha resultado ser nada más que una muy burda farsa carente de genio. Me refiero a la noticia difundida por él mismo en medios escritos y televisivos en la que “se anunció” acartelado para el día 12 de octubre, fiesta nacional de España y día de la Hispanidad en la corrida con ese mismo nombre, nada más ni nada menos que en la Plaza de Las Ventas de la calle de Alcalá en Madrid.
Es decir, echó a andar lo que en términos de política, en comunicación, se conoce como “echar a andar el borrego”, o lo que es lo mismo: poner a correr el rumor de que fulanito va para la presidencia municipal, o que el tal fulano va por una diputación, sabiéndose que tal posibilidad, prácticamente es difícil o imposible, pero al echar a andar al borrego, éste, al caminar, va recogiendo información de cómo se tomaría tal noticia si fuera verdad, lo que los gringos llaman “feedback” o retroalimentación. Lo que es lo mismo: el efecto “bumerang”: se lanza la noticia y ésta regresa cargada de información que va recogiendo en su viaje de regreso a las manos de su lanzador.
Pero Rodolfo Rodríguez lo que había pretendido con cacarear y anunciar a los cuatro vientos su actuación en Las Ventas. Llevando implícita su confirmación de alternativa en la capital mundial del toreo. Lo que El Pana pretendía era que a los empresarios de Madrid, específicamente a Martínez Erice, le llegara una lluvia, aguaceros de insinuaciones, verdaderos interrogatorios sobre si la tal noticia sería cierta o qué tanto de cierto habría en esos rumores. 
Sin embargo en la mente de los empresarios venteños ni siquiera asomaba por la rendija de una ventana tal posibilidad. El mismo Martínez Erice declaró ante cámaras, que: Sí, sí tenía el gusto de conocer al Pana y en días recientes le había saludado, pero de ahí a tenerlo en algún proyecto o posible actuación. ¡Para nada!
Pero esto que parece ser un simple acto de superchería, o embuste, en realidad no es más que el diario vivir de algunos coletudos o aspirantes a coletas, que se acostumbran a vivir su “propia mentira”, viven una vida donde su mentira es la misma vida que llevan. Siempre están hablando de una serie de carteles en los que están amarrados, pero, series de ocho y 10 carteles al hilo. Pasan los días y no se da uno sólo de los festejos en los que él torero jaranero dice estar anunciado. 
Y esto a nivel del Pana y de muchos otros se magnífica y crece en proporciones de asombro. Pues bastó que el empresario en mención, uno de los de Las Ventas, hiciera acto de presencia en el callejón de La México, acompañando a su ex-poderdante, Ale Talavante, en saludar incluso de mano a algunos toreros aztecas, sus apoderados o hasta el papá de alguno de ellos, para que de inmediato surgiera el embuste: Fulanito, confirma este año en Las Ventas. No cabe duda que: Mentir es de embusteros. 
Y si se hubieran dado todas confirmaciones así anunciadas y echadas a los cuatro vientos, la empresa venteña hubiera tenido que montar una temporada extra únicamente para todas las presentaciones y confirmaciones que nuestros toreros anunciaron y “cantaron”, nada más por el hecho de que ellos, sus apoderados, o sus ‘apas saludaron al robusto Martínez Erice en el callejón.
 
 
 
Pana en Madrid.