Las corruptelas del exsbsecretario Carlos Zurita siguen saliendo a flote. El zar del transporte entretejió una red de corrupción al interior de la Secretaría de Transporte y hoy la “mafia” queda al desnudo.
Para muestra un botón.
La detención del supervisor “pirata” Jaime Núñez Ceballos en Huejotzingo, durante un operativo por parte de la Contraloría, evidenció dicha red. Resulta que el funcionario “pirata” es hermano del cuñado del director de Operación del Transporte, Luis Edgar García. Es decir, el zar del transporte tenía pleno conocimiento de este seudo supervisor y otros más que se encuentran enquistados en las delegaciones de la Secretaría de Transporte.
Pero la “limpia” en la dependencia estatal va en serio.
Bernardo Huerta aún no da a conocer quién más dejará la dependencia; sin embargo, al director de Operación del Transporte, Luis Edgar García, ya le pidieron su renuncia; de hecho, ya trabaja en el acta de entrega-recepción. 
Cayó el subsecretario Carlos Zurita, pero la mafia sigue, y sus alfiles operan con libertad en la ST, como es el caso de Sebastián Lagunes, particular del zar del transporte, y el director de Ingeniería del Transporte, Juan José Benítez; nuestros personajes son de los discípulos más aventajados del exsecretario en desgracia.
Desde su posición, Juan José Benítez cobra por hacer factible los estudios técnicos fuertes cantidades de dinero, según sea el caso, concesiones nuevas o ampliación de recorridos, así como establecer sitios de taxis y permisos.
Un ejemplo: Por concesión nueva del servicio colectivo los transportistas le desembolsan a Benítez 25 mil pesos, aparte el estudio técnico, el cual tiene una tarifa de 10 mil pesos por concesión.
Pero Juan José Benítez confía en salir beneficiado de la limpia en la Secretaría de Transportes, y ambiciona despacharse con la cuchara grande de la oficina de Control y Seguimiento de Estudios Técnicos. Es decir, quiere manejar desde la presentación de cualquier solicitud de transporte y su seguimiento hasta la elaboración del acuerdo que firma el secretario.
El objetivo es uno, convertirse en el personaje más poderoso de la secretaría; nuestro personaje, en el sexenio anterior fungió como jefe del departamento de Ingeniería y cobraba todas las solicitudes foráneas de transporte, ahora ansía convertirse en el poder detrás del trono.
El otro alfil del zar del transporte es Sebastián Lagunes; él se encargó de negociar con los mototaxistas.
Lagunes exigía a los transportistas la cantidad de cinco mil pesos para agilizar la entrega de los llamados taxis locales.
Su dominio queda de manifiesto en municipios como Cuautlancingo, Coronango, Domingo Arenas, Santa Isabel Cholula y Cuacnopalan, en donde ha impuesto sus condiciones.
Sin duda, la medida tomada por el Señor de los Cerros de limpiar la Secretaría de Transportes puede tomarse como una muestra de buena voluntad y erradicar de raíz el problema de la corrupción.
Sin embargo, mientras esto sucede, los secuaces de Carlos Zurita siguen haciendo de las suyas.