1. Debo recordarle respetuosamente que la conquista española nos trajo, entre las bondades del cristianismo, una conducta social que era la imperante en el continente europeo, a ella la denominamos: Corrupción.
Este mecanismo de práctica mundial en algunos países es usual en todos y cada uno de los actos de esas sociedades, tal es el caso de los países africanos y los pertenecientes a los pueblos semitas. 
1.1. En Puebla publicistas como Sánchez Andraca admiten la existencia de una corrupción tolerable, advirtiendo que la dádiva por el otorgamiento de la prestación de un servicio, público o privado, agilizándolo o concediéndolo violando la ley, pero sin escándalos ni ostentación, es admisible, puesto que corresponde a la moral imperante. 
1.2. Los creadores de imagen, mucho muy en broma, dicen que la democratización de la corrupción o corrupción democrática permitiría que vendedores de fuerza de trabajo al servicio de los gobiernos y pequeños hombres de negocios fueran altamente beneficiados con la distribución del egreso nacional.
2. Nuestra poblanidad encerrada desde 1821 en sus rituales sociales, protocolos gubernamentales anacrónicos y con una casta de propietarios aldeanos logró que nuestro atraso en desarrollo social, por ende económico, impidiera el florecimiento de la producción agrícola, industrial, comercial, y de servicios. 
2.1. Esta circunstancia agregada a gobiernos que no admitían ningún tipo de crítica o comentario adverso propició que los dedicados a la información tuvieran casi un único comprador de información impresa, radial o de TV. “Te pago para que me elogies, no para que me pegues” (Francisco Galindo Ochoa).
3. La libertad de expresión es un don social nacional ganado a costa de un millón de seres humanos sacrificados durante la  Revolución mexicana. Si algún nacional estuviese en la certeza que esta libertad de expresión le ha sido conculcada, debe acudir ante los tribunales competentes para salvaguardar su derecho.
4. Desaparecieron de Puebla, en los últimos 20 años, cientos de periódicos ensalzadores de la obra gubernamental (Piña Olaya recibió en existencia mil 800). Hoy, en marzo del 2014, suman decenas los desaparecidos, pues su fuente esencial de financiamiento fue cegada por el actual gobierno.
5. La Constitución general de la República consigna, en su parte dogmática, que las garantías ahí descritas no pueden restringirse ni suspenderse. Salvo con las condiciones que la denominada Carta Magna establezca, y la negación para que la publicidad oficial no sea distribuida en forma congruente, es un acto anticonstitucional. 
6. En ningún momento debemos dejar de reconocer que la conciencia social depositada en los informadores es la que corresponde a nuestro estadio de moral nacional, lo que ha dado como fruto la existencia en toda nuestra patria de procuradores de ingresos personales que intimidan con su información a funcionarios e incluso propietarios de capitales con conductas inmorales y deshonestas. 
6.1. Aquí es aplicable la frase de Frank Tannenbaum: “Quien sabe la verdad y la dice es un publicista. Quien la sabe y la oculta es un farsante”. 
 
Nuestra casa
Mole poblano de sabor dulzón es el del restaurante del hotel Colonial. Si no me agradara tanto, diría que es para paladares no afectos al picante. Mole poblano de fuerte sabor mixteco el de Doña Esther, en la esquina del PRI. Mole de sabor intermedio medio suave o medio picante, el del Príncipe, en la 5 Oriente, frente —en diagonal— al Sol de Puebla.