1. A riesgo de sufrir alguna corrección de don Guillermo Pacheco Pulido o de don Carlos Manuel Meza Viveros, juristas reconocidos en diversos ámbitos, hago constancia de que desde fines del siglo XIX, en la península ibérica, los jueces de todo tipo de causas, por escrito y en diversos medios informativos nacionales o regionales, libraron, contra algunos procuradores de justicia, una encendida polémica, que no debate, donde los jueces argumentaban sólidamente que los representantes sociales eran ellos y no los fiscales, los cuales, a final de cuentas —y si funcionaran administrativamente en la procuración de justicia—, no son más que parte del entramado judicial; mientras que los jueces arbitran lo justo. Dejo al criterio personal quién tiene la razón.
2. En nuestra patria y en nuestras matrias estamos construyendo con muchísimas dificultades el Estado de derecho nacional. Éste lo podemos reducir simplemente a un enunciado: “Que se cumpla la ley, cuantas veces tenga que cumplirse”.
2.1. Educados en la cultura del gandallismo, donde todos actuamos según nuestras conveniencias personales o familiares, incluyendo desde el más pobre hasta el más rico, o el más culto e incluso el más ignorante, el que ejerce el poder y el que lo sufre, es verdaderamente heroico lo que la sociedad nacional lucha día con día para transformar la realidad convirtiendo la idealidad en un objeto al alcance de cualquier mano de cualquier mexicano.
3. Cuando el ministerio público niégase a incriminar a un supuesto violador, asaltante o quizás asesino, porque la denunciante de los hechos no tiene a mano un título de propiedad, suena inverosímil para los ajenos al litigio, pero para muchos aboganches como yo, el caso es de una gran simplicitud: El delincuente simplemente por medio de un intermediario le soltó una lana al mps, y éste encontró una forma cómoda para no proceder.
3.1. Otro caso nos dice que “el Doctor de los Pobres”, en Atlixco, hace una curación a horas de la madrugada bajo intimidaciones profesionales, para posteriormente, además del susto personal y familiar, pues tiene su consultorio como cualquier médico pobre en su casa, tiene obligadamente que conseguir 50 mil pesos en moneda nacional, para no ser inodado en un proceso, donde él tenía que ser rehabilitado socialmente pero no criminalizado.
3.2. Los 50 mil pesos jamás fueron entregados y el “Médico de los Pobres” sufre las molestias, que no su fama pública, por estar procesado.
4. Casos como estos el señor procurador del estado seguramente los conoce diariamente, pues sus servicios de inteligencia seguramente están conectados a los gubernamentales obligados. 
5. La esencia, que no propuesta, es que el ciudadano procurador del estado, sea federal o provincial, debe ser elegido en elecciones por electores previamente designados en primer lugar por los dueños del dinero, en segundo por los rectorados educativos, en tercer lugar por los grupos de propietarios inmobiliarios urbanos o rurales, y bajo la opinión de las cúpulas religiosas y de los medios de comunicación masiva.
6. En consecuencia, habrá mejores mps cuando haya mejores procuradores y cuando existan mejores gobiernos.
 
Nuestra casa
Todos los días cualquier extranjero cultivado en las ciencias de las artes se embelesa con los pocos bien conservados edificios de nuestro patrimonio arquitectónico.