Sin el menor recato político, el Poder Ejecutivo manipula a su antojo al Poder Legislativo. Todo con el único propósito de tener el control absoluto del poder en Puebla.
Casos hay innumerables, que incluso ya fueron denunciados en este espacio.
Sin embargo, por la burda forma en cómo fue modificada, analizamos la #LeyBala.
Primero, el Ejecutivo envió la iniciativa para la aprobación de la ley que autorizaba a los cuerpos de la fuerza pública utilizar armas para dispersar manifestaciones.
El fondo era justificar la forma arbitraria de la detención de líderes sociales que se oponen a la construcción del gasoducto Morelos.
Los diputados, fieles escuderos e incondicionales del morenovallismo, ni tardos ni perezosos, sin despeinarse y sin debatir, aprobaron tal cual se envió la iniciativa de ley.
De los 41 diputados que integran la LIX Legislatura local, sólo cinco osaron votar en contra del mando del Ejecutivo. Hoy después del “parche” legislativo a la #LeyBala, crece la figura de los legisladores Mariano Hernández Reyes y Lizeth Sánchez García, del PT; así como Julián Peña Hidalgo e Ignacio Alvízar, de Movimiento Ciudadano.
Y por el Partido Verde Ecologista sólo se opuso la legisladora Geraldine González, porque Juan Carlos Natale ni se apareció. Las malas lenguas dicen que andaba de parranda.
Sin duda, estos cinco diputados que se opusieron al designio del Señor de los Cerros están tranquilos y pueden ver con los ojos en alto a los poblanos.
Después del escándalo mediático que empezaba a tener niveles incontrolables por la aprobación de la #LeyBala, una vez más el Ejecutivo metió las manos y ordenó al Legislativo hacer las modificaciones correspondientes para quitarle todo los puntos críticos de la ley.
Una vez más los legisladores, ni tardos ni perezosos, acataron la orden y realizaron los cambios correspondientes, tal como se los ordenaron.
Y lo peor es que para hacer esas modificaciones realizaron un cochinero en el que salió peor el remedio que la medicina.
Pero ese es el estilo de gobernar del morenovallismo. No se cuidan las formas para hacer política, lo verdaderamente importante es mantener una imagen impoluta del Señor de los Cerros.
Sin duda, un gran triunfo para los diferentes organizaciones sociales y universidades que rechazaron la #LeyBala. La presión social empieza a funcionar para revertir las arbitrariedades del morenovallismo.
Esperemos que la participación social no sea flor de un día.