Gran polémica se desató luego de la marcha de sexoservidoras que exigen que las dejen trabajar tranquilamente en los hoteles de la zona del centro histórico más pobres, ya que aseguran que ahí a nadie se obliga a prostituirse.
Pero más polémica fue la respuesta de las autoridades a las jovencitas.
Y es que Iván Aguilar Flores, del departamento de Concentración Política; Jorge Gil Atenco, del departamento de Análisis Políticos y Sociales, y Gilberto Coca Lara, jefe de Seguimiento Político —todos del ayuntamiento—, les dijeron que no había bronca, que mientras resuelven el asunto les daban chance de trabajar en las calles de Puebla, pero “discretamente”.
Así que les pidieron a las sexoservidoras que no hicieran bulto y no se quedaran paradas mucho tiempo en algún lugar o en las esquinas, como acostumbran.
Que simplemente se movilicen por las calles de Puebla en busca de clientes.
Algo así como que violen la ley nomás tantito, sin abusar.
De este modo, autoridades municipales reconocieron que es imposible pedirles que dejen de trabajar, por la necesidad de cada una.
Pero “debe haber una cierta discreción”, por lo que el sector cinco de la Secretaría de Seguridad Pública municipal sería informado de no tocarlas para evitar abusos y maltratos, siempre y cuando sean “discretas”.
Ese “permiso” que les dieron es mientras entablan un dialogo, así que pidieron a una representante por hotel. La lista se llevará este jueves o viernes, para que el martes tengan una junta para ver si les dan un lugar de tolerancia.
De ese tamaño es “el permiso” que lograron las mujeres. Por eso se fueron tranquilas.
Ahora veremos cómo responden cuando les nieguen la tolerancia,
Transparencia
Y sigue la mata dando.
Hace unos días la Comisión de Acceso a la Información Pública (CAIP), en la resolución del expediente 136/SFA-08/2013, determinó ordenar a la Secretaría de Finanzas entregar el número de personal despedido finiquitado en los últimos tres años en tres dependencias.
El proyecto de resolución fue del presidente comisionado Javier Fregoso Sánchez, aprobado por sus dos compañeros.
¡Por fin se había buscado la transparencia!
Pero más tardo el júbilo para que volvieran las aguas a su cauce, como lo ha sido en toda esta administración de la CAIP.
Y es que en un alcance de respuesta finalmente dieron datos de la Secretaría de Turismo, Salud y Educación Pública.
En relación con la información concerniente a la Secretaría de Turismo y Secretaría de Educación Pública, se informó que en el período comprendido del 1 de febrero de 2011 al 19 de abril de 2013 no se tiene reportado convenio alguno por concepto de finiquito en estas dependencias.
Pero en el caso de la Secretaría de Salud, se afirmó —a grandes rasgos y sin tanta vuelta— que no era competencia de la SF manejar los finiquitos de esta dependencia.
Todo a pesar de que se había ordenado entregar la información, que debería buscar “exhaustivamente”, ya que se había determinado que debería tener la información.
Al no recibirse la información, nuevamente se le notificó a CAIP del desacato e inmediatamente dio un plazo de tres días hábiles para su entrega.
En respuesta, la SF simplemente le dijo a CAIP que hizo “la búsqueda exhaustiva” —me imagino que con eso que hasta ni durmieron los funcionarios— pero no encontró nada.
Entonces CAIP simplemente les creyó y dio por terminado el asunto, no sin antes “ponerse duro” y pedirles que entonces avisaran a quién le podían pedir la información.
Ni modo.
La anécdota
La semana pasada, con el escándalo de la “ley Bala”, inmediatamente reporteros de todos los medios buscaron a Franco Rodríguez para que aclarara su tuit, en el que reveló el dictamen aprobado.
Al ser cuestionado insistentemente por un comunicador, simplemente se notó que no tenía ni idea de que en la página del Congreso también se había subido el dictamen con el “permiso” de uso de armas de fuego en manifestaciones.
Lo anecdótico es que esta entrevista estuvo supervisada por Jorge Aguilar Chedraui, quien, molesto por la insistencia del reportero, le pidió de muy mal modo que se identificara. “Que quién era para cuestionar”.
El comunicador se presentó respetuosamente: “Vengo del periódico Reforma”. Inmediatamente, Chedraui se cuadró y guardó silencio.