El poder realizar un trabajo periodístico se ha complicado en Puebla, pero no sólo por algún problema con autoridades como policías o funcionarios públicos, ahora ya cualquier persona puede agredir a los comunicadores.
En las últimas semanas se han registrado por lo menos tres agresiones de civiles contra fotógrafos, reporteros y camarógrafos de Televisa Puebla y Televisión Azteca.
Además de una reportera de un medio de comunicación que cubre eventos artísticos, el que le relatamos en este espacio la semana pasada.
Los primeros casos se registraron justamente en el velorio del niño José Luis Tehuatlie Tamayo, en la comunidad de Chalchihuapan.
Aquella noche gente en estado de ebriedad golpeó a un fotógrafo por tomas sus gráficas con flashes.
El saldo fue una cachetada y patadas, por fortuna los ánimos amainaron cuando intervinieron las mujeres del lugar.
El segundo caso de agresión fue justamente al siguiente día, durante el entierro del menor que falleció luego de salir herido en el enfrentamiento entre policías y habitantes del Chalchihuapan.
Ahora las víctimas fueron los enviados por Televisa, tanto camarógrafo como reportera, quienes tuvieron que salir por pies, luego de que fueran literalmente corridos a gritos del lugar por la muchedumbre.
Por fortuna no sufrieron agresiones físicas, pero sí muchas amenazas de ser golpeados si no se iban.
Todo por el enojo de que la televisora propiedad de Emilio Azcarra Jean no goza de buena popularidad, sobre todo en temas sociales, y particularmente en este caso de Chalchihuapan, el que le pasó de noche.
Para la siguiente ocasión, cuando visitó la comunidad el presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), Raúl Plascencia Villanueva, los corresponsales de México de esta televisora se quitaron chalecos, también el cubo de identificación del micrófono.
Más vale prevenir que lamentar.
El tercer caso fue la semana pasada y le sucedió a una reportera de Televisión Azteca y el camarógrafo, quienes “se atrevieron” a hacer un trabajo de investigación en la zona de la central de abasto.
La situación se puso tan fea que estuvieron a punto de ser linchados por una chusma de los líderes de los comerciantes, todo por temor de que descubrieran el gran negocito que les está dejando el cobro del estacionamiento en la zona tras la colocación de plumas de peaje.
Los ánimos se caldearon tanto que tuvieron que llegar elementos de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal, quienes protegieron a los reporteros televisivos.
Finalmente no pudieron hacer su trabajo, al seguir la recomendación de los policías municipales. “Mejor vámonos, son muchos y no podríamos contra ellos”, les dijeron los uniformados.
Así que prefirieron decir aquí corrió que aquí murió.
La semana pasada le informamos que el pasado 26 de agosto a las 17:00 horas Fabiola Vega, reportera de “Los 21 Revista”, estuvo involucrada en un accidente automovilístico.
Al ir circulando por el bulevar 5 de Mayo, se preparaba para dar vuelta en "U" en el retorno que está frente a una pizzería famosa, una motocicleta dio vuelta desde la calle 43 poniente, no se pudo frenar a tiempo y se estrelló en su faro izquierdo.
Debido a ese accidente acabó en el penal de San Miguel.
Ahora ella clama que por ser reportera hubo abuso de autoridad.
El joven que conducía la motocicleta se fracturó la tibia y el peroné.
Le pidieron 580 mil pesos para liberarla, 500 mil porque el motociclista lesionado "estaba a punto de morir", otros 50 mil pesos "para los cafés" y 30 mil pesos "para los chicles", y es que asegura que hay línea para que reporteros reciban "trato especial".
Ahora, luego de que le dieron el perdón, ella iniciará un proceso penal por abusos que acusa, además de que dio aviso a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
Así el trabajo en Puebla para los reporteros.