El pasado sábado 15 de noviembre se consumó la entrega del PRD poblano al gobierno morenovallista.
La historia, los muertos, las batallas por las mejores causas sociales, por la igualdad, por la justicia, por los que menos tienen, por los pobres, por los indígenas y por los jóvenes simplemente son parte de la historia de un partido que surgió como heredero de las glorias del Partido Comunista; simplemente se enfermó de poder, sin tenerlo.
Hoy el PRD, la izquierda poblano, será un membrete que será manejará de acuerdo a los intereses políticos del morenovallismo.
Los "chuchos” del pasado, hoy llamados FIP, mantienen el control del Sol Azteca, y por más de 20 años lo han hecho con resultados negativos. Sólo privilegiaron sus ambiciones de grupo y el control de las diputaciones plurinominales y la venta de candidaturas en algunos municipios.
Y así fue como Luis Maldonado Venegas y el secretario de Educación Pública se convirtieron en consejeros estatales, sin oposición, a pesar de que representan a un gobierno autoritario, autócrata y que criminaliza la protesta social. Estilos de gobierno que nada tienen que ver con las ideas y los valores de la izquierda.
El legislador Julián Rendón Tapia, en lugar de defender los principios y valores de la izquierda poblana, evitó perder sus canonjías que tiene por jugar con el grupo en el poder, y ahora vela por los intereses de Maldonado Venegas, conjuntamente con Elba Cerezo.
Carlos Martínez Amador, otro legislador priista, sin ninguna militancia en la izquierda, actualmente controla los consejeros de la Sierra Norte, junto con su hermano, el expresidente municipal de Huauchinago, Omar Martínez. Quieren ser diputados federales y seguir disfrutando de sus fiestas privadas los fines de semana en Poza Rica.
Mario Franco Barbosa, primo del senador Barbosa; Miguel Tamayo, Miguel Tacomo, Andrés Toriz, Víctor Rendón y Jesús Soriano, todos ellos consejeros estatales, en un acto de "mercenarios" políticos, respaldaron la dupla Socorro-Carlos, a cambio de unas delegaciones, apoyos económicos y gestiones sociales.
Jorge Luis Fuentes, Martha Dalia Gastelum y Lucio Romero, enviados de tres corrientes nacionales, han llegado para negociar con el gobierno a sus pocos consejeros estatales.
Jorge Méndez Espínola, de IDN; Ariel Manelic García y José Guadalupe Sánchez, de Redir; así como la diputada Roxana Luna Porquillo, de ADN, esperan que sus referentes nacionales negocien para poder tener espacios en la dirigencia estatal del sol amarillo.
Así se comportaron las tribus perredistas.
Para tener una elección tersa y sin aspavientos, se instrumentó una estrategia desde las estructuras del poder. Hubo miles de afiliaciones ordenadas desde una Secretaría de Gobierno, para poder controlar al pobre PRD de los poblanos.
Todas las llamadas tribus del perredismo han sido y fueron culpables de esta debacle y entrega de un partido con memoria histórica en Puebla, a un proyecto político personal de un gobierno de derecha.
Esté sábado la vida de un partido fue entregada y vendida a un gobernante seriamente cuestionado por sus actitudes represivas, mismas que en otros años la izquierda condenó con fuerza.
El senador Luis Miguel Barbosa Huerta y su camarilla, encabezada por Erik Cotoñeto, en alianza con el secretario de Gobierno y hoy representante de Jesús Ortega y Carlos Navarrete, han impuesto a la legisladora Socorro Quezada Tiempo y al expriista Carlos Martínez Amador como presidenta y secretario general del PRD, respectivamente.
Los intereses y las ambiciones políticas de un gobernante y las de un senador que aspira a la gubernatura poblana terminaron por imponerse a la historia de un partido de izquierda.