Quienes limitan la elección de este 2015 en Puebla a una lucha entre los candidatos morenovallistas enfundados en los colores de Acción Nacional, en contra de los candidatos peñistas, bajo los colores del PRI, terminarán llevándose una sorpresa en los resultados electorales, toda vez que el inconcebible pero auténtico renacer de Andrés Manuel López Obrador podría poner en serios aprietos a las supuestas dos fuerzas políticas en el estado.
El debilitamiento de las dos figuras visibles que tenía el PRD a nivel nacional, Miguel Ángel Mancera y Marcelo Ebrard, así como la crisis que motivó la mayor desbandada en el partido del Sol Azteca desde que Cuauhtémoc Cárdenas lo fundó, le ha dado un reposicionamiento a Andrés Manuel López Obrador, quien tiene en Morena su propia marca electoral.
No hay que olvidar que Puebla lo ganó López Obrador en la elección federal de 2012, triunfo que provocó una alquimia electoral emergente la noche de la contienda, para evitar que se colaran a San Lázaro cuando menos tres candidatos poblanos identificados con López Obrador.
De acuerdo a los números de Morena, este partido aspira a pelear una diputación en los distritos de la capital y en los distritos de Zacapoaxtla, Tehuacán y Serdán. De entrada puede parecer descabellada la apuesta, pero Puebla puede ser uno de los estados que le permitan a Morena desbancar al PRD como tercera fuerza nacional; y si por ahí se embolsan una diputación en este estado, completarían una jornada redonda.
Para nadie es un secreto que AMLO repudia al Señor de los Cerros, contra quien lanza fuertes críticas cada vez que visita Puebla.
Y por supuesto, el repudio morenovallista hacia López Obrador es recíproco, aderezado de los rencores ya típicos en el gobernante poblano.
Se dice que Andrés Manuel le tiene guardada una factura a Moreno Valle, ya que tiene muy fresca en la memoria la determinación del INE poblano de negarle el registro a Morena como partido estatal. La orden de cerrarle las puertas al parido lopezobradorista vino de Casa Puebla, y eso no tiene nada contento a AMLO.
La primera muestra la tendremos en el distrito 6 de Puebla la próxima semana, en la que será la primera gira de López Obrador de 2015.
Esta vez, aparecerán junto al líder de Morena algunos de los que serán los candidatos por esa bandera, particularmente por Luis Bravo Navarro, quien fue prácticamente despojado de la diputación federal en aquella larga noche de julio de 2012.
Cómo olvidar que al filo de la media noche, Luis Bravo punteaba la elección por el distrito 6 con una ventaja de más de 3 mil votos, con el 70 por ciento de los votos computados, y que ésta se esfumó en la madrugada por obra y gracia del Señor de los Cerros.
Habrá que estar pendientes del primer discurso del Peje en este 2015, en donde seguramente le lloverán al gobernador de Puebla y al presidente Peña, quienes seguramente serán tachados de represores y autoritarios.
No sería extraño ver cómo se suman al ejército lopezobradorista todos aquellos damnificados por el gobierno estatal, quienes podrían encontrar en AMLO una voz de esperanza.
Más allá de que el Peje les cumpla o no, los familiares de los presos políticos, los burócratas despedidos, las víctimas de la “ley Bala” y la “ley del Despojo”, los transportistas y muchos otros lesionados por los excesos morenovallistas lo podrían seguir ciegamente, por la simple posibilidad de recuperar todo lo perdido.
Y para eso, López Obrador se pinta solo.
¡Ya lo verán!