En el PRD poblano nadie debe sorprenderse y fingir demencia política. Todo lo que sucede en ese partido es consecuencia de las decisiones del grupo que hoy ostenta el poder en el Sol Azteca.
La dirigente estatal, Socorro Quezada Tiempo, junto con el exdiputado Eric Cotoñete Carmona, Miguel Ángel de la Rosa, exdirigente local, Elba Cerezo y el diputado Julián Rendón, fue la principal promotora de la alianza electoral del PRD con el PAN, que llevó al poder al actual gobernante poblano. 
Todos ellos, comandados y dirigidos por Luis Miguel Barbosa Huerta, actual senador y, en ese entonces, miembro destacado de la corriente Nueva Izquierda, a la que hoy critican.
Que nadie de estos llamados dirigentes locales de una "izquierda" descarada y simuladora ahora se hagan los sorprendidos, ellos, en reuniones cupulares, junto con los operadores del morenovallismo, así como con los neopanistas y los del Panal, se reunían en Bodegas del Molino y en el Hotel Marriot para repartirse las candidaturas de las diputaciones y ayuntamientos locales. 
Nueva Izquierda, encabezada por ellos (Cotoñeto-Quezada), más Foro Nuevo Sol y otras pequeñas corrientes, se llevó a los consejeros estatales al Distrito Federal, para avalar legalmente que el Consejo Estatal aprobara la alianza en Puebla con el panismo y, al mismo tiempo, la candidatura de Rafael Moreno Valle.
Entregaron el PRD, después se conformaron con un "plato de migajas", por que el morenovallismo no les dio nada, más que pequeños espacios que después les quito.
Más adelante, Barbosa Huerta negociaba en corto con el mandatario poblano, el exlegislador local Eric Cotoñeto, aprobaba todo en el Congreso del estado, y su grupo compacto, encabezado por Quezada Tiempo, nunca se opuso a las políticas autoritarias del gobierno. Después, permitieron la intervención en el Sol Azteca y terminaron por entregarlo al gobierno local actual.
Los barbosistas se separaron de nueva izquierda de los llamados "chuchos", formaron el Frente de Izquierda Progresista (FIP), así llego Jesús Zambrano como dirigente nacional del PRD, y permitió la afiliación masiva de más de 20 nuevos miembros, encabezados por uno de los brazos políticos del gobernador, Luis Maldonado Venegas. De esta forma, el gobernador se hizo de una franquicia más, el pobre PRD, que hoy está controlado y lo dirige Maldonado Venegas, por medio del secretario general Carlos Martínez Amador.
Los únicos responsables de haber entregado el PRD, su historia y sus muertos a un proyecto de derecha y a un gobierno autoritario son los ahora dirigentes del FIP, Barbosa Huerta, Erik Cotoñeto, Socorro Quezada, también Elba Cerezo, Julian Rendón, Arturo Loyola, Gabriela Viveros, Gerardo Aguirre y Ruth Castro.
Sus "gritos y manotazos" sólo son una simulación, sus quejas por la designación de los candidatos a diputados de nada valen ahora, ellos traicionaron los principios y los valores de la izquierda. Vendieron sus conciencias por dinero y espacios políticos, y terminaron traicionándose a ellos mismos, porque hoy ellos no dirigen al PRD en Puebla.
Este partido terminará como comparsa y cómplice en estas elecciones federales, puesto que la mayoría de sus candidatos a diputados federales serán y servirán para que ganen los aspirantes del PAN-gobierno.