Concediéndole el beneficio de la duda, el procurador Víctor Antonio Carrancá Bourget se encuentra ante la oportunidad histórica de resarcir la imagen negativa generada por el montaje de la teoría del cohetón en Chalchihuapan.
Su inmediata presencia en Chignahuapan, horas después del asesinato del coordinador de la campaña priista de Lorenzo Rivera, levantó suspicacias.
Sobre todo porque Carrancá no sale de su oficina ni por equivocación.
Pero ahora que se trató del asesinato de un priista, decidió salir de su búnker, para visitar el lugar del homicidio y encabezar las investigaciones.
Hay fuentes que apuntan a que el coordinador de campaña del tricolor en el distrito 2 con cabecera en Zacatlán, Salvador Méndez Morales, recibió una llamada de supuestos panistas resentidos, quienes lo citaron para darle una valiosa información, y que resultó ser una emboscada para asesinarlo.
Sin embargo, las primeras investigaciones de Carrancá y su equipo, de acuerdo a boletines oficiales, empiezan a manejar la versión de una venganza personal, sin tintes políticos.
Quizá esta línea explique la presencia de Carrancá, el cual aparentemente llegó a realizar la operación limpieza, para disipar las sospechas de un homicidio de índole político.
No sería la primera vez que Carrancá realiza la asepsia de un caso tan delicado.
Sin embargo, pese a sus antecedentes, hoy quiero concederle el beneficio de la duda, esperando que se conozcan las verdaderas causas de este homicidio y los nombres de los verdaderos responsables.
Es la gran oportunidad de Carrancá de limpiar su imagen, apegándose a derecho y olvidando el compromiso de defender los intereses del Señor de los Cerros.
Veremos y diremos.

El otro homicidio

Y mientras a Chignahuapan se trasladó toda la plana mayor de la PGJ para investigar —o limpiar— el homicidio de Salvador Méndez Morales, en la 11 Sur, en donde fue asesinado a balazos otro poblano, solo se apareció el MP para levantar el cadáver. 
Obviamente, aquí no había tintes políticos, ni nada que limpiar, se trató de un poblano poco atractivo para los altos mandos.
Y por supuesto, a diferencia de Chignahuapan, en donde en unas cuantas horas se determinó que era un homicidio por razones personales, en la 11 sur el levantamiento tardó horas.
Bien dicen que el interés tiene pies.