Tremenda sorpresa se llevarán todos aquellos que creyeron los adelantos que a través de Twitter algunos periodistas dieron como exclusivas, y más aún los que se fueron a dormir con sus columnas basadas en los primeros resultados del PREP.
Al cierre de esta edición, al filo de las dos de la mañana, con altos porcentajes de boletas computadas, las tendencias dicen que serán 8 distritos para el PRI y 8 para el PAN, con dos distritos de la capital, el 12 y el 6 ganados por el tricolor; y en el aire, con 37 votos de diferencia en el distrito 11, faltando el nueve por ciento de boletas por contar.
Por donde se le vea, la elección de ayer representa un rotundo fracaso para el Señor de los Cerros, quien no escatimó en nada, con tal de cumplir su promesa al Comité Ejecutivo Nacional de su partido, al cual le “garantizó” ganar trece de las dieciséis en juego.
De nada le sirvieron los actos intimidatorios, ni las acciones represoras, a un personaje en pleno declive de su imagen ante sus gobernados.
Lo sucedido ayer, repercutirá de manera indiscutible en sus aspiraciones presidenciables, sobre todo entre quienes respaldan a Gustavo Madero, quienes cuestionarán —con absoluta razón— el por qué darle una candidatura a Moreno Valle, quien no fue capaz ni de ganar la elección en su propio estado.
Lo más grave para Moreno Valle, es que en la suma total de votos en todo el estado, el PRI-Verde obtuvo más sufragios que Acción Nacional, lo cual implica un enorme riesgo para la próxima gubernatura.
Moreno Valle está entrampado hoy con la mini gubernatura y lo peor de todo es que al interior de su equipo, existe una total descomposición, y en donde las traiciones pudieron ser parte de la debacle de ayer.
El juego de la sucesión, a unos meses de que haya candidato, ha provocado rompimientos entre los hombres cercanos a personajes con aspiraciones, y la jornada de ayer fue un buen momento para intentar descarrilar algunos.
Aunque de este tema abundaré en una próxima entrega.
El adiós al voto ciudadano
En su soberbia, seguramente Moreno Valle pensó que la privatización del Soapap con el aumento desmedido a las tarifas de agua; las costosas foto-multas; el viacrucis de los verificentros; los despidos masivos de burócratas; la imposición del sistema RUTA; las detenciones ilegales; y los actos de represión como el de Chalchihuapan, jamás tendrían consecuencias.
Para su mala fortuna, los ciudadanos le cobraron la factura, y de nada le sirvió la movilización, la estructura y el uso de la fuerza pública para detener a quienes están hartos de sus excesos.
Sin duda, lo de ayer, fue un claro repruebo a un gobernador que interpretó que el mandato recibido, era una escritura del estado para que hiciera con él lo que le viniera en gana.
No quiero imaginar los gritos y los celulares volando, en la lujosa mansión de Los Fuertes.
Pero le tengo una noticia más: que lo mejor, está por venir.